Intención

30 diciembre 2007

Tanto vuelo, tanto cielo en mi cabeza, hace que tienda a ver el suelo dejando de lado el aleteo de la mariposa.
Que a veces es igual que mires.
Que a veces es aterrizar en la mirada hueca a pesar de que parezca estar llena de propósitos. Ninguno malo, por supuesto. Así son los propósitos.
La incógnita se esconde en los momentos más azules en forma de papel transparente. Se rompe pero aún así quedan trozos.
Y puede que lo que me cure sea la risa de tus días, saludando las cenizas que quedaron incrustadas en mis vértices.
Y que así resurja la semilla que parecía aniquilada por tanta mirada inquieta e invento para mis oídos.
Nunca juro pero hoy juro por toda mi vida que quiero no volver.
Seguir abriendo puertas mientras robas amaneceres para la que crees sombra de tus huellas.
No quise derramar fuegos para acabar con tanto líquido expandido por mis poros.
Pero no sólo se trata de elegir. Se trata de aceptar para acabar con lo recóndito.
Y tengo miedo de tu miedo. De que finalicen las lunas por tanto artificio. De que el baile se acabe a media canción. De mi sordera. De lo que parece ser visión cuando lo que veo es ceguera.

Y si la rendición no existe, espero pronto su visita.

Ardillas de colores

20 diciembre 2007

Capullo, la muestra de mis ojeras por tus ronquidos, por las charlas y los ratos en el bar de Antonio (con mis coca colas y fantas, por supuesto)... Y por vuestros putos partidos de fútbol.
Hace una semana de nuestra última discusión por dormir en la misma habitación. Hacía frío, pero daba igual, yo reía, te encabronaba y, entonces, me hacía reír más.
Luego vinieron las llamadas para calmar tensiones que no existían. Sigues siendo un ingenuo. Y eso gusta. Por lo menos a mí, me gusta.
No cambies nunca. Gracias por todas las horas juntos y por las que quedan por vivir. Me quedo tranquila conociendo todo y todos los que te envuelven. Ahora, no se pueden arrancar de aquí tampoco.

Es mucho mejor mi vida si tú estás dentro

Castillos en el aire

17 diciembre 2007

Y tanto análisis por tantos que son tan poco, y tanta risa por no saber qué decir o decir sin sentido alguno.
Que más de uno tiene disfraces en el desván desgastados por el uso.
¡Qué pena de lo acostumbrado! Y qué felicidad ante la puerta abierta.
Y que no cale tanto el hielo ni la escarcha en el alma.
Y los cambios que te hacen sonreír cuando recuerdas.
Que te va a visitar alguien nuevo dentro de unos meses.
Que hay más duendes de lo que esperaba.
Que las noches no van acompañadas de misa de difuntos. Ni aquí, ni allí, entre tanto ruido y líquido odiado por la bruja.

De colores está plasmado el sentido.
De notas pintadas las suelas de los zapatos.
Del vivir y del soñar mirando el papel en blanco.

Posibilidad

06 diciembre 2007

La habitación dejó de ser cobijo de lo innombrable para dar gritos sonoros de un tono no irritante.
El dorado no era algo inalcanzable.
El final del mundo sólo se aproxima cuando a uno le da la real gana, no se impone. No hay insistencia.
Invita a seguir. Lamiendo recompensas.
Me sobra con ver bailando ninfas a mi alrededor.
No hay duermevela. El sueño invita bien.
¿Cuántos pasos había que dar para llegar a lo alto de la cima?
Nunca un demasiado.

2/12

04 diciembre 2007

No te mentiría diciendo que por momentos te quiero sólo para mí, anclarte en el esqueleto de mi cama, y entregarte mi tímida desnudez.
Llegar a los rincones indefinidos de tu ser y hacerte mapa para perderme dentro.
Beber tus ojos para desechar tus tristezas y comer cada pieza de la que estás moldeado.
Olerte a cada minuto como si fueran anocheceres mientras escucho la voz de tu silencio llegando al centro de lo callado.
Arrancarte el alma, por siempre, como tú hiciste con la que era mía, bendito ladrón de amaneceres.
Esto y la infinidad indescriptible al encontrarte aquí arraigado.
Así, sin más, poseerte.

Para la envidia de lo absoluto

26 noviembre 2007

Por pegarme la forma de hablar, de reír, de gesticular, de mandar a la mierda, de mirar mal, de bailar, de acariciar, de hacer el gilipollas, de no decir nada y decir todo con ello.
Por compartir mis 23 años y poco contigo sin yo haber pedido permiso.
Felicidades, a una de esas luces que sé que nunca, nunca, se apagará.

Hasta siempre

Tal vez deshacerte entre tanto humo, entre tanto rumbo libre por el círculo disperso.
Entre el círculo que no es círculo por los pilares rectos entretejidos como entrañas, incrustadas desde el feto y recubiertas de tu gloria. Celestial a mis ojos y hojas caducas para tus legañas.
Pensarte silueta clavada en el cristal, engendrada por mi vaho del incendio que hay dentro. Apagado por momentos cuando el lacrimógeno queda adoptado para no ser ya huérfano y sea yo, así, el huérfano en mayúsculas, olvidando en absoluto la inmortal cadena.
Olvidando mi aliento que ya cortaste cuando apareces en el canto de ese niño en su llorar y reír a la vez,
en los pasos del viejo que está entre su vida y la muerte de quien le quiere,
en la lucha de la madre que va pariendo luz mientras sabe que acabará entre rejas para mantenerla encendida,
en la esquina que se ha enamorado de la misma mujer de moral distraída,
en la sonrisa tímida al extraño que hay enfrente,
en el vuelo de la mariposa a la que deseas arrancar las alas para sentirte ella y no volver, ¡cobarde!
Así y de muchas más formas, hechas y rehechas a través de los cinco sentidos odiados ahora.
Así me dejaste a mí, borrándome de mis adentros y teniéndote presente en cualquier pensamiento.
Queriéndote borrar del diccionario por siempre y no queriéndote nombrar nunca más.

Llegarte ya al olvido, olvidarte
recuerdo.

Buenos días

17 noviembre 2007

Lo único que quise fue no dejarme.
Y si hubiera sucedido lo que se asomaba por la mente, la distorsión habría dado paso a la derrota de la cordura.
Y no quería acabar así.
No siempre se sabe qué es ganar o perder.
Nadie objetivo dejó escrita la diferencia de estos primos hermanos...
Por eso mando al infierno al primero que sobrevuele mi tejado y me visite en mal día.
Todos los que me dijeron que saldría hacia delante con una sonrisa, acababan yéndose de viaje. Sin más.
Y no entendía nada.
Decían que tenían la intención de ayudarme, de hacerme ver que el final no es el que pienso.
Pero era decirme esto y se iban.
Cuando lo empujé al vacío no pensé que fuera a acabar así.
Es más, creo que hice bien. Tenía esas facciones tan marcadas...
¡Era todo tan pintado!
No sé... ¿Tan cruel es la buena intención?
Y eso fue todo. Luego, desperté en esa neutra sala acolchada.
No se está mal.
Lo malo es que no me dejan colgar ninguna fotografía.

Explosión

14 noviembre 2007

Calada de mitos imperecederos se habita en los sueños deformados por el exceso del uso.
La luz cae cuando amanece y recorro lo frágil de los días.
Cualquier palabra acaba podrida y cada nota musical es insulto.
Me lamo y me siento insípida porque mientras me dispara lo que es derrota a deshoras.
Nunca un reflejo había dolido tanto.
Vomito tu oquedad en cada tono azul cielo.
Los colores se inmolan gracias a cada uno de tus movimientos.
El viento, de aquí para allá, el viento,
Me ahoga el tic tac de lo que es incierto.
Dónde queda la imposibilidad de lo que debe estar muerto.

Frío

10 noviembre 2007

Llena por momentos de tal vez y quizás, asusta el hecho de que se queden pegados en el centro.
Porque a pesar de que esto signifique, también, que no siempre es igual, por la eternidad recordamos lo que es diferente.
El frío tiende a traer cuadros que fueron y no serán. No es lo mismo lo que es o fue a lo que sería.
No es igual.
Esto, de nuevo, es independiente a la sensación de rigidez cuando a una le llueve y permanece húmeda hasta que las mantas le cobijan. Y encantaría utilizar la lógica en esos momentos usando la respuesta del dormir a la intemperie.
Pero no es así.
Las brujas también son mentirosas por naturaleza. No con los demás, que es lo peor, sino con la sombra que siempre les acompaña.
Y si se dice que no, es un sí, y si se dice que sí, es un desaparece, y si se dice más adelante, no se sabe qué es.
La voz también se fuga. Lo peor es cuando se va cuando más ganas se tiene de gritar.
Un estado catatónico no iría mal de vez en cuando.
Un rato de no saber, de no pensar.
De no ser quien se es.


Con las ganas - Zahara

Cambios

05 noviembre 2007

Las brujas no desaparecen físicamente por voluntad propia. Siguen viviendo entre lo mundano y no le pasan acontecimientos extraordinarios como sale reflejado en la caja tonta.
Vuelvo de nuevo gracias a la nueva conexión cibernética. Acabaré odiándola como la que más. Todo llegará.
Ha habido algunos cambios. El más notable lo mostraré un poco más tarde. Los demás son más míos. Aquéllos que sólo uno puede notar que lo son pero no pueden ser explicados por palabras banales.
Sigo igual, hartándome de algunas páginas que no han pasado todavía porque lucifer no quiere que así sea.

Que si los sueños se convierten en conversaciones reales por fin no es para hacer mal, forman parte del milagro. Los hasta siempre continúan disfrazados de cortinas de colores mezcladas con cristales rotos. Las despedidas sobran, independientemente de si el interesado verá al que quiere mantener lejano al día siguiente o si no lo vuelve a ver jamás.

Mi imaginación es la única que dice la verdad. Todo lo demás es insignificante. Más de lo mismo pero visto del revés.

Ojalá lo que es transparente lo fuera para todo lo que creo importante e imprescindible por momentos. Pero no, eso no se consigue. Lo que me hace ver que la enfermedad sigue vigente. Y no por mí. Odio lo que está lleno por el vacío, lo que no quiere llegar a ser cubierto por la ceguera, lo que se expone al abismo porque no ve más allá.
Me limito a celebrar lo que tengo en mis manos en un momento. Así el golpe no aparece. No reaparece. Sólo quedarán recuerdos con una risa tímida como hilo musical. Nada más.

En estos días extraños, me he reído mucho y bien. He cantado, he hecho ver que lo hacía, he bailado, he reído, no he llorado, me he cabreado, he hecho planes distintos, algunos los he cumplido y los demás vendrán, me he hecho amiga de diminutas ovejas y conejitos suicidas, he visto y tocado a cantantes devueltos del exilio, he hablado mucho con taxistas con buen gusto musical y duendes con insomnio, me he reído con y de la artista del bosque de risas ajenas, y de la dulce sonrisa de la hija del viento. Eso sí, siempre de relajo.

Ah, y por cierto, mis padres han querido darme en adopción por la siguiente foto, y además hay otro miembro en la familia llamado Pionona.



Pues sí... Me corté el pelo. Más adelante tendré fotos más buenas. En cuanto a Pionona y demás personajes y personas, ya hablaré en otro momento, que esto se ha extendido demasiado.

¡Saludos de vuelta!

Dar

20 septiembre 2007

Y hubiera robado tanto, tanto… Que todos creerían que podría haber llegado a ser una especie de diosa. De esas que acaban siendo convertidas en santas por sus excelentes buenas hazañas ante la vida. Que no vidas. Una única vida. De las que quedan plasmadas en la mente de toda persona por haber dado todo lo mejor por alguien que nunca se acaba de conocer. Y eso, patéticamente cierto, según se mire o se explique, parece algo maravilloso. Pero que no importa eso. Es lo de menos. Sino que lo que realmente importa es, que esa convertida se ha dado tal cual es sin saber bien si supo algún día quién fue. Porque a ella, eso, le sobraba. Ella nunca quiso ser diosa. Querría haber sido Tu diosa.

El bosque encantado está de fiesta

19 septiembre 2007

No hace tanto que encontré la mirada desafiante y analítica acompañada de esa barbilla no tan bien cuidada…
Hace un año celebramos este día casi sin conocernos y, realmente, nunca hubiera pensado en esos días que pasaríamos tantos buenos (y no tan buenos) ratos juntos.
Me alegra dedicarte esto, por muy poco que sea, significa mucho. Demasiado. Y los demasiados ya se saben cómo son…
Creo que nadie, y cuando digo nadie es un NADIE, sabe hasta qué punto tenemos esa unión. En ocasiones más palpable que otras, pero ahí está.
Muchas felicidades.
Gracias por convertirte en duende cuando una vez pensaba que ya no existían. Por celebrar conmigo lo que a ojos ajenos era inexistente, por regalarme palabras pesimistas cuando la realidad lo pedía a gritos, por la risa que provocas cuando las bocas están cicatrizadas, por las canciones compartidas, las que quedan por venir y las inventadas, por la lista de sapos que nunca fueron príncipes.
Por esto, aquello y lo de más allá.
Sé feliz siempre. Yo seguiré disfrutando parte de mi tiempo con todo lo que envuelves.


Hace unos días me encontré estas palabras. Las leí y supe que no eran mías. Al seguir leyendo, reconocí al momento para quién iban dirigidas. Y, claro está, de quién provenían.
Como son tuyas y hoy este rincón también lo es, ahí van para ti.
Disfrútalas, duendecillo.

Prestados los momentos, puestos a prestar y a prestamistas rogar, es mi sino tener que pedir, que siempre es mejor que robar. Préstame un halo de luz que parece que el mío perdí.
En el camino debí dejar de brillar y no hay Duende sin su luz, ni Ninfa sin su Duende.
Préstame un poquito de esa luz que tú coleccionas, la que ves en las personas cuando todos duermen y a ser posible y como pido prestadas muchas cosas, devuélveme esas flores raras, las que crecieron en la aceras pues las mías ya están secas.
Que no hay flor sin sol ni noche sin lunas, que el amor es más lucido cuando serenos están los sentidos y adormecidos los ruegos.
Préstame un rincón de tu rincón y déjame por ultima vez expresar lo que no consigo hablar.
Que mi camino ya encontré, que mi luz ya visité, que si duermo en el amanecer de tus días es porque amaneces en mis noches.
Si borrar fuera cosa fácil para apaciguar el dolor del alma, el que llora, yo tengo el remedio, que vendo gomas de Nata por doquier, Milan 430, rasoplast es la que mejor va...
Y si no funciona, húndete en mi ser, que hay sitio para ambos y un poquito más.
No me digas más que lo que veo no es normal, que en algún lugar te quedaste y ya no puedes caminar, no me digas más que a quien veo no merece la pena pues es mi apuesta la que está en juego, es mi razón la que nublas, es mi caminar el que juzgas, es mi sentir el que pones en duda.
Préstame la luz de tu mirar, solo un momento, y veré a través de ti, que no me canso de hundirme en tu pecho, que no me canso de sonreír en tus labios, que no me canso de soñarte, que no me canso de quererte.
Que no hay noche sin sus lunas ni niña sin su Duende.
Préstame tu sonrisa pícara, tu mirada de ladrón, tus caricias más sinceras, enciéndeme con la mañana y apágame en tu pecho, siempre en tu pecho.
Siempre es mucho tiempo, pero nunca es la eternidad y aunque eterno no hay nada, dime tú si no te arriesgarías a perder. Porque quien no apuesta no gana y quien no arriesga..., acaba arrepintiéndose.
Que no hay noches sin luna, ni amanecer sin mi Duende.

Estah son las floreh de tu puta tumba'

17 septiembre 2007


1, 2 ,3…
Nada que perder.
Brujas con birrete artificial, noches de seda con empotrados en camillas destronadas cada media hora, sonrisas cálidas que se congelan, ya hablaremos, ya hablaremos…, un niño que cada vez es más rubio y cuesta reconocer siempre, niñas que van al logopeda para graduarse la vista, bolsos de la maldita actriz y pantalones sin pitillo con aspirantes a lelli kellys, una señora que cuando fue niña se perdió en un bosque y sigue viva por una enorme luz con manto azul.
Muchas celebraciones y poco tiempo.
Gusta.

Gracias... A todos los ojillos que me acompañaron y me acompañan

Iker Jiménez lo sabe...

10 septiembre 2007

De antemano, la cámara de mi móvil ofrece disculpas a todo ser que aparece en esta presentación, sabiendo que ha sido la culpable de que algunos ángeles que brindaron su cuerpo (y alma) en estas imágenes, puedan parecer ser el resultado de la más monstruosa transformación.

Nuevo sol

09 septiembre 2007


Y si todo se tiñe de gris, convirtámoslo en luz.
Ahí quedará el tesoro. Lo fue y lo seguirá siendo.
Las rayas no son nunca rectas, sólo hace falta usar bien el pincel.
Para el equilibrista de las noches alegres y los días memorables:
Gracias por todo. Sonríe y lucha por lo que tanto deseas. Pero recuerda siempre desechar lo negro que llegue a cruzar la puerta.
Seguiré sintiendo como ahora, que no es lo mismo que el antes más cercano. Porque ya, no se puede volver a lo vivido cuando se mira por el cristal de distinto modo.

Ya no más:

No pido amanecer contigo, pido amanecer.
Verte ambientar cementerios hace que no respire.
Tanto ayer y tanta imagen desangelada acaba llamando a la razón.
Ver que iluminas el cielo es mi perdición.
Ver cómo olvidas que lo haces es la tuya.
Quizá sea eso. O quizá sea que de tanto iluminar te quedaste sin luz.
Eremita de la incandescencia ignorante de lo que posees y dejas ir, sin más.
Perdido en la borrosidad del sol negruzco.
Ojeras entorno a la enredadera que te espera en la almohada.
Nada importa si acabas sellado por la infame saliva.

¡Todo huele bien!


32

29 agosto 2007

Anoche o hace unas horas, ya se sabe lo travieso de los sueños, me vestí para bailar sevillanas. No es broma. Mi madre me vestía de negro, creo recordar era un vestido de ballet. Yo estaba contenta con ese vestido. Me quedaba bien. Ya se sabe cómo son los sueños, pueden hacer que bailes un tango con traje de chotis, y verlo tan normal. Lo que vi extraño, eran los zapatos. Le decía a mi madre que dónde estaban los zapatos, porque ya que quería que bailara (¿no lo dije? suelen ser otra persona la que quiere que su pequeño/a haga algo), tendría que darme un calzado. Adecuado. Y esta vez sí, adecuado. Porque cuando se llega a esta parte es igual que se esté soñando. El calzado es esencial. Yo me imaginé con unos zapatos del 34, bueno… va, del 35 (ya que es un sueño mío, me ensalzaré), acompañados de topitos blancos, que son los que ahora están de moda. Me daba igual que fueran negros, blancos o rosas. Que los hay. Prefería negros sólo, pero daba igual. Era mi sueño y quedaría bien. Iba a bailar para mi madre, que estaba orgullosa de vestirme para la ocasión. Ella me mostró unos zapatos blancos. Pero de bailarina. De esos que duelen en la puntita del pie aunque estés acostumbrada a llevarlos puestos. El caso es que no me sorprendió eso. Fue el número de los zapatos. Vi el número y me enfadé. “Mama, son un 32”.-“¡Qué más da! ¡Te van a estar bien!”-“Mama, tengo que taconear, yo no puedo así… Encima que no tengo nada ensayado… Tendré que hacer ruido para que se me escuche ¿no?”-“¡Que te los pongas, coño!” Y mientras me seguía quejando, pidiéndole también una mantilla (daba igual el color), y decía que no me estaban bien, me entraron. Entonces me levanté, vi su cara de satisfacción, y la seguí hacia la puerta mientras no entendía nada. Los pies me encogieron. Daba igual que fuera a bailar sevillanas vestida con un traje negro de ballet que me sentía tan bien. Daba igual que la mantilla no se encontrara porque ella no quisiera; no había tiempo. Todo era vano. ¡Me estaban bien los zapatos del 32! Incluso se me olvidó, al llegar a la fiesta de fin de curso para bailar, que en el lugar no conocía a nadie. No estaba Gemma, ni Lorena, ni Noelia... En el escenario un grupo de cinco o seis niñas fans de Margaret Astor y de la publicidad operaciontriunfera bailaba batuka. Me giré para buscar a mis profesores. No estaban. No había nadie excepto Isabel, la directora. Que me reconoció, supongo que por los rizos o por mi madre, que iba demasiado para llevar a mis hermanos allí. Me miró con incertidumbre mientras al final se acercó con un: “¡Qué sorpresa! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué guapa estás!” Y mi arqueo de ceja se hizo inminente junto a mi labio superior cogido con hilo de pescar. “¡Je! ¡Ya ve! ¡Todo bien!” Mientras miraba sigilosamente a los lados buscando una salida de emergencia. Pero ella seguía hablando. “¿Se casaron tus hermanos? Hace tanto tiempo que no los veo… ¡Ufff! Una eternidad… ¡12 años!” Y mi cara de ¿cómo? Se convirtió para ella en un “¡Claro! ¡Mucho tiempo!” Ahí me paré. ¿12 años? ¿¿¡¡12 AÑOS!!?? Pensando que ella estaba loca, y que no era yo la que necesitaba una habitación acolchada de fondo blanco, al menos todavía, me dio por mirar una pancarta.


¡¡TÓMBOLA PARA VIAJE DE FIN DE CURSO 2007!!


A lo que me giré hacia un lado, luego hacia otro, y al encontrar a la madre que me trajo al mundo, la cogí del brazo, y nos fuimos de allí. La miré con cara de cansancio y preocupación, con lástima, mientras le decía:

"Mama, vámonos de aquí, porque creo que nunca estuve apuntada a clases de ballet… Creo que el curso era de sevillanas. No te das cuenta de nada... Ni de que estos putos zapatos me están jodiendo los pies."

¡¡Baaaaaah!!

26 agosto 2007


Que si los qué te pasa en la boca de escribir y los qué te pasa en la oreja de leer están acompañados del marido que escribía versos y de rarairas varios que dejan olvidadas las piedras del camino.

Que si está el cielo encapotado, que si la luna sigue pintada, que si está el ángel disfrazado de guardián lejos o si llegó del exilio expuesto por él mismo, que no del dios frustrado que para algunos existe.

Que si las mañanas están cansadas de tener que decir adiós acomplejadas porque no se tenga demasiado en cuenta su belleza.

Que si las noches están de fiesta porque se las toma más en serio que todo lo demás, y más si están acompañadas del líquido de la lujuria.

Que si ¡Ahhhhhhhhhhhhhhh! ¿¿Natulaaaaaaaaaaaaaaaaaal?? ¡¡Oooohhh!!

Que si llegaré algún día a aquél castillo al lado del mar. O más bien si llegaré pronto o ahora es un demasiado tarde.

Que si el círculo está todavía abierto a pesar de que nadie deje de ser importante y a pesar de que ese nadie sea un tú. O un yo. ¿Qué más da?

Que si tengo ganas de siesta después de fregar platos.

Que si tú, que si yo, que si ella, que si él. Que tanto blablableo en la cabeza puede ser perjudicial cuando no se tiene al interesado enfrente.

Que si hace un año que todo ha cambiado demasiado, que casi empezó bañado en sangre y ahora está impregnado de risas y vuelcos por lapsos.

Que si qué y cómo, que si qué pretendes o qué quieres saber, que si mejor te vas a la mierda, no tú, si no los que creen y/o quieren saber demasiado y en realidad tienen incluso que pensar si el color azul les queda mejor que el rojo...

Que ayer se ve que fue día de aquelarres y al final, sin pretenderlo y porque más bien lo pretendieron, me entregaron la mejor felicitación sacándome de la penumbra.

¿Invierno?

22 agosto 2007


Que si frío, que si lluvia. Ni los gatos salen.

Lo invisible está ahí acechando mientras los puñales juegan al escondite. Pero yo gano. Y ese es el problema.

No a los paseos ni al mirar películas donde yo soy quien pone sin querer los diálogos.

Los ojos están llenos de legañas. Sí, es algo asqueroso. Y no puedo decir que es conjuntivitis.

Siempre pensé que por estas fechas era el día tonto el que me atontaba. O la vuelta al cole, pero sin mochila nueva. Este año se está tiñendo finales de agosto de la misma manera pero veo que no es porque me tenga que volver a levantar a las seis y media de la mañana dentro de poco.

No se puede engañar a la conciencia. Ni a lo que hay en el centro de cada uno, lo que nos mueve y nos puede en ocasiones.

Las mentiras no se pueden ni vestir de domingo.

El hilo de voz se convierte en eco para mí y en nada para aquél que quiere escuchar.

Y sigue lloviendo sin gustarme. Los ángeles huyen igual que las gotas que caen en el suelo expulsadas del paraíso. Sin dar explicaciones. Y yo sin quererlas saber a pesar de que en ellas piense.

Canta por mí. A ti te lo digo, a cualquiera que lea esto y sepa qué pienso. A quien me entienda. Porque debe ser el único ser que lo consiga.

Sólo sé decir gracias.

- ¿Cómo?
Ese toc-toc-toc de nuevo.
¡Buh!
¿No abres?
¡Eoooo! ¡Soy yo!

- Que me voy. No sé dónde. Pero me voy.
¡Jajaja! Por favor...
- ...
¡TOC-TOC-TOC! ¡Eh! ¡Que no me cierres!

¿No ves que me tienes que abrir para poder respirar
?

21/8/07

A la vuelta

19 agosto 2007

Faltan dos horas sólo, ¿para qué vamos a dormir? Corazón, zorro, balanza, búho. Nunca más. ¿Vamos a parar o qué? Hace calor. Hola, ¿comanda' la beta? ... Ya hemos llegado. Tié' lateta' má grande. Sí. Seguimos estando en el pueblo. Anda ca' venío' a verme. ... Joder niña, ¿dónde vas con esas pintas? No me acostumbro a ver cinturones haciendo de falda ni de camiseta. Mummy, ya te daré clases de estilo y maquillaje. ... ¿Es niño o niña? Vamos de feria. Mucho sueño. ¿Ronda de noche? Me he vuelto a enamorar. Vamos a Paco a cenar. Comida casera, dice... Hijoputa. Pruebe el vino, señor. No puedo, soy alcohólico. ... El café en otro sitio ¿no? Vamos a dormir, por dios, por la virgen de Caños Santos, o por lo que más queráis. Al sol de Cádiz no le caigo bien. Suerte que sólo duró ese odio un día. Mucha agua y flores. Dos horas dando vueltas. Habrá que dormir. Málaga huele a jazmín. Robando luz. Con el chá ca chá del tren. ... Relax. Paseo por el castillo. ¿Relax? Pss. Kyka, nos vemos luego. El amor es perfecto sólo en las telenovelas. Ahí todos tienen el corazón de piedra y las lágrimas son mentira. La ausencia es justificable. Pero todo bien. A pesar de que siempre sonría, todo bien. Hasta el año que viene, o cuando sea. Estoy ¿eh?


De vuelta. Calor, mismo olor, sin ganas de comer, ¿lo he vivido o lo he pensado? Cajas vacías, habrá que quedar. Todos, todos. ¿Qué les pasa a los ojos? Carnaval a ratos. Necesidad.

Mejor, voy a dormir. Ilusa. Al despertar, nada tiene otro color. Pero no desespero. Y las venas, pienso dejármelas larguísimas. Que para eso soy joven y bella. Como dicen los allegados. Y yo, cuando estoy disfrazada de buen humor y sarcasmo. Como hoy. O como toda la vida.

¡Saldré! Esa luz, es ya mía.


Polvo de estrellas

11 agosto 2007

Desperté con la intención de no convertirme en gris.
No hay malditos aquí, ni allí. Ni setas venenosas ni gases lacrimógenos.
Océanos inmensos hartos de no ser tenidos en cuenta por estar demasiado regados.
Ni hay mensajes en botellas desertadas, lanzadas por la desesperación de la asesinada fe.
Los cuentos se inventaron para recordarlos con una sonrisa. Sea un final u otro. Todos tienen su moraleja. Que haga escupir o no, es ya otra historia.
Los gigantes con sonrisa y los gnomos de tres ojos. Qué más da la apariencia cuando lo que importa es ser.
¿Espuma? Toda la que quieras. En tus manos la clave para hacerla desaparecer en ese reino hoy desencantado.

No siempre se tiene la respuesta a esa pregunta. Siempre quedará el consuelo de pensar que todos nos lo hemos preguntado alguna vez.
La bruja va a volar, unos días. Volver a los vientos del sur y reencontrarse con mucho y muchos. Y de paso reencontrarse con lo que es nuevo desde otros aires.Ni promesas ni despedidas. ¡Volveré! Con ganas de lo que se avecine. Fuerza.

El manto de estrellas me espera, y sé que seguiré con palabras merodeando por mi mente con la intención de encontrar lo que aún hay, y buscando ver la luz en cualquier sombra que se asemeje.

Inanición

06 agosto 2007

Joder con las puertas.
De tanto abrirlas se han estropeado.
Encima las ventanas muestran lunas pintadas en charcos.
Tanto domingo de despedida tras sábados dulces me ha hecho perder la orientación.
Por momentos. Siempre. Sólo por momentos.
Las marcas permanecerán, pero acabarán envueltas por un sabor placentero. Sea cual sea el final disfrazado de historia interminable.
Goldick está cansada... Tiene un poco de sueño. El verde se ha comido al azul.
Las mariposas no pueden volar con un lastre a cuestas.
No se ve con claridad cuando se siente un demasiado. Lo que se da nunca es suficiente. No se puede aceptar otra opción distinta.
Ni intentándolo podría dibujar mis ojos en estos momentos. El alma se ha ido de vacaciones antes que yo. Cuando aterrice, ya os daréis cuenta.

Y yo, también.

Flores con Henry

02 agosto 2007

Fuerte. Siempre adelante. Hasta en días de paisajes eléctricos.
Restos de domingo en las entrañas.
Recorrer los pasos no debería ser lo habitual pero ahora es necesario.
Pero nada igual. Se pretende ser.
Las lunas se dispersan y cantan mientras que las aves permanecen espectantes.
La tinta hace menos daño. Sangra menos.
Manzanas rojas y pasta en tonos verdes.
Lo que se enciende no es prestado. Propio.
Si la puerta se cierra, siempre hay ventanas por abrir.
Y yo dispuesta a que no queden atascadas una vez abiertas.

Bajar

27 julio 2007

Nunca me gustaron los 26 de julio. Me acostumbré a ello. Más bien, me acostumbraron.
Por mucho que se invente, hay colores que no tienen definición.
No se pueden explicar. Sólo se sienten.
Todo se entiende. Es más, se sabe.
Aunque esto no quita lo que duele.
Y hay palabras que salen. A ratos pensando que son muchas. A ratos, nada.
Sin saber bien qué decir, pero sabiendo qué se desea hacer.
La tranquilidad, a pesar de todo, es pasmosa.
Como si se supiera qué vendrá.
Pero ahora, todo está algo turbio.
Distorsión.
Y con ganas de.

¿Tenue?

25 julio 2007

Llama a la puerta.
Que no haya suficientes carpas no significa que los circos sean inexistentes.
Los manicomios siguen vacíos. Eso parece. Eso es.
No hay vuelta de hoja. Aún así, derramas. El olvido no acecha. Todavía.
El recuerdo derrumba con escasez de palabras. No se puede retocar. No hay nada, aquí, que retocar. Ni un quizá existe para esa opción. Tanto ruido innecesario...
¿Ayer? Ayer no... Hoy. Ni siquiera mañana.

Enfrentarse con una sonrisa puede ser la solución. La que ya brindas. La que está. La que es.
Y llorar por todo. Reír por nada.
No hay fecha de caducidad.
Lo que queda plasmado en estas cuatro líneas sí que no se olvida.

Siempre quedará fregar platos con una cascada cristalina de fondo.
Esa, es la mejor respuesta.
Lo demás, todo lo demás...
Ilustrada estupidez.

De ratones y mariposas

18 julio 2007

Blanco y azul.
Los pasos van y, lo demás, detrás.
La cruz sigue en lo alto para ser alcanzada.
Se pretende llegar a ella, sin más.
Los periódicos siguen ejerciendo de predicadores.
El humo sale disparado entre sonrisas que carcajean.
Pero qué más da, todo huele a flores.
Los acordes se tumban en la almohada impaciente.
De nada sirve que la noche caiga y las horas busquen salida.
La luz no se va.

Un chasquido.

Y, sólo, dos.

Huellas

09 julio 2007


La distracción convertida en carcoma se sumerge en los pasos.
La cruzada es dura, el agua es rugosa y las piedras son transparentes.
Nada se ve, sólo se siente. Si no se siente, nada se es.
El final se imagina, a lo lejos. La luz llama. El silencio se apropia de nosotros y esa voz es ajena. Tanto como tú. Como yo.
Queda seguir. Adelante. Siempre hacia delante.
Los suspiros se quedan atrás. Ahuyentar no es función de nada ni nadie.
El cielo guía a los adornos que cultivan el camino.
El aire acaricia esa alma que quedó un día plasmada entre máquinas de sobrescribir.
Vendrá. Vendrá…

Para ti que crees en ese nosotros, que por otro lado sigues creyendo ser sorteada del placer de vivir. De nuevo. No todo es tan oscuro. Celebraremos lo que venga. Y lo que no, también. Saltaremos protocolos. Que para eso los inventamos. Todo tendrá sentido si se consigue ver la dejadez del luto. Ese que crees que constante te envuelve.
Sigo adorándote. Utilízame, aunque hoy, no me leas ni me escuches. Por suerte, sólo hoy.

Siete


El azul cae del cielo entre la monotonía plasmada en la multitud.
El sudor aparece cuando se descubre cada rincón.
La acera está repleta de ceniza reconvertida en polvo brillante.
Los edificios hablan deseando ser percibidos.
Los sauces ya no lloran al observar las perlas del camino.
Lo circular tiene esquinas que regalar siendo compañeras del vicio.
La música se escucha limpia entre los latidos intermitentes.
No hay retales, sólo plenitud.
Con ganas de seguir encontrando.

Calma

02 julio 2007


Jamás el color tuvo tanta intensidad, el brillo tanto ego y las palabras tanta voz.
Los relojes no tienen tanto sentido como el que ha nacido bajo el manto.
Ni paseos por calles cerradas, ni conversaciones imaginarias, ni miradas huecas acompañadas de suspiros robados por el viento que huye.
Querer es poder. Eso basta. Entender nunca ha sido tan fácil. Ni tan anhelado.
Esperar no es tal cuando se tiene cerca a en quien nace la luz.

Dos puntos

24 junio 2007


No hay velo mejor que el recubierto de destellos salpicados con tus manos.
La puerta está cerrada y la llave no para de girar.
Da igual si no frena esta noche plasmada en calendarios.
Algún día, alguno, parará.
Qué importa el qué y el cómo cuando hay un quién que te ofrece la luz.
Ahora todo está encendido.
El ahora es quien manda.

Necesidad

17 junio 2007


Afligida por tanto tono oscuro, los túneles se magnifican por tanto contenido.
La sangre fluye transparente entre las grietas cansadas de esperar ser recubiertas.
El velatorio no es nada comparable. La comparación permanece anestesiada ante tanta ignorancia.
La conveniencia es suprimida por la parida culpa.
Se engendra la muerte dándole un nombre conveniente.
Lo anormal se convierte a ojos propios en lo monótono.
Lo patético pasa a ser la almohada que acomoda cada noche al miedo.
Miedo de perder lo que nunca se tendrá, y lo que nunca se tuvo de manera real.

Lo latente sigue existiendo. Mientras permanezca, seguirá habiendo cielos para ser enmarcados por la sonrisa.

Restos

13 junio 2007


Hay un vaso vacío en el recodo de la mesita de noche.

Está manchado por el borde de un color rojo intenso.

Hay unos cristales rotos en el suelo. Los pedazos están sobre una de las zapatillas que no se esconde bajo la cama.

El cuerpo se levanta medio desafiante medio muerto, como si un golpe hubiera querido ser despertador de la mañana.

Con el cabello en la cara y la ropa de las noches anteriores, con los ojos todavía medio cerrados, se dirige al cuarto de baño. El espejo delata un rímel comido por lágrimas de cristal, semejantes al de la botella de whisky de las 3:34 de la mañana.

La salvación de todos los días se convierte en asesina cuando ya se gastó las píldoras al mezclarlas con esa, ahora sí, ingrata compañía, derramada en las sábanas convertidas en ocre.

Ni el agua limpia la suciedad. La tristeza vuelve a la cama esperando no tropezarse con el ser que sigue añorando, ese que desde hace tiempo ha transformado en material para invocarlo de alguna manera.

No se puede llegar a nada cuando no se tiene nada que ofrecer.
Ni las horas ayudan, ni las copas vacías llenan.

Nada ni nadie puede ocupar
la velada ausencia.

Hermosa noche

12 junio 2007


Nada mejor que no doler cuando se piensa, si se recuerda y simplemente se reconoce eso, que es un recuerdo. Que se desea lo mejor, y ahí acabó todo.

Nada mejor que reencontrar un confidente que siempre estuvo y fue, pero que por circunstancias, por las mías, estaba lejos.

Nada mejor que ver sonrisas vestidas de sábado y domingo, mezcladas de palabras entre interesantes e ininteligibles.

Lo de arriba envidia lo terrenal, lo que siempre acaba muriendo pero resucita cuando hacemos que esté.

Nada más importa cuando no se entiende del todo un nada que en ese momento lo es todo.

Dos velas

06 junio 2007


Todos los días tienen final de fiesta.
No duele pensar.
La agonía de soñar no aparece vestida de ángel de la guarda.
La lengua es la cura de toda situación igual.
Perder no está en cada esquina que se pasea.
Las ganas de volar no se tienen.
Desconocedores de lo clavado en la garganta.
Lo que desgarra ni está, ni es.
Sólo conozco coartadas para encarcelarte en los pliegues horizontales.

Con vuestro permiso.

Perspectiva abstraída

04 junio 2007


Me di cuenta de que todo da igual porque todo lo percibo de la misma manera.
Que el dolor duele al no saber porqué duele, más que al encontrar una razón por esa cuchilla que penetra.
Que la sonrisa es perfecta según el momento en el que se obsequie.
Según tu momento, no según su momento.
Que los instantes sirven para mucho y los recuerdos para nada cuando se asoma lo gris.
Que la lluvia es la mejor compañía cuando se quiere estar solo.
Que las sábanas están mojadas por la ausencia como sombra.
Y que continúo intentando plantar árboles mientras mis raíces se apoderaron de lo que sigo siendo.

2 + 2 = 5

02 junio 2007


Nos creemos únicos al intentar ayudar al otro, dejando los ojos propios a un lado y penetrando en los ajenos, como si eso bastara.
La buena intención no es suficiente. La que acaba siendo muy suficiente y sobrepasa es la ignorancia.
El límite entre el socorro y la desaparición ante lo considerado importante es muy fino.
No importa ya el resultado cuando no consigues lo que deseas. Cuando el objetivo que te propones no se halla, te derrumbas. Y te marchas. Así crees que debes actuar cuando no ves salida ante lo que te propusiste. Tú acabas pasando página pero ahora con la cabeza más cabizbaja. Mientras el otro sigue ahí, con la mirada perdida, sin entenderse él, sin entender lo que le hicieron y le sucede, y ahora sin entender porqué no te puede comprender a ti.
Otros eligen ser espectadores para siempre. Les gusta. Los espectáculos circenses están a la orden del día. Ellos no tienen otra labor mejor que hacer. Son los que más saben. Los que no quieren envolverse en la mierda. En más mierda. Los que no sienten ni padecen. Los que convierten los males ajenos en episodios cotidianos para ellos mismos. No les importa nada ni nadie. Algunos son inteligentes. Pero de nada vale la inteligencia cuando no se tiene eso que palpita y da vida.
Y eso, convirtiéndome en una de ellos, me hace reír.

¿Quiénes son los abandonados?

Nacer

25 mayo 2007


Lo único que me importaba era aterrizar en un terreno tan inmenso, donde no diferenciaba los límites de lo que estaba bien y mal.

No podía saber qué era aquéllo que posaba entre dubitativo y sorprendido ahí abajo.
El encuentro era inevitable, pero el viaje nunca acababa.
Tantos minutos en el aire me hacían pensar que no habría nada mejor que pisar tierra firme.
Incluso a esa silueta que me esperaba le tomé algo de cariño sin saber quién era.

Ya no era un qué era.
Era un quién era.

El suelo era duro, había muchas parcelas ocupadas por entes de ojos rotos y mentes cansadas. Había muchos charcos en algunas, y mucha hierba seca en otras. Otras estaban repletas de llantos prematuros y por risas como punto final. Otras por carcajadas nerviosas como camuflaje, al lado de manos con el puño en alza.

Al menos, eso me contaron.
Eso me contó.

Pero ya, nada me importaba.
Ahora, estaba en tierra.

Dos

20 mayo 2007


Lo importante no es llegar a un lugar desconocido con las piezas que siempre te acompañan. Tampoco lo es que no se sepa qué te depararán las próximas horas en un sitio con tanto encanto y con caras que pocas veces o ninguna has visto. Ni que no sepas dónde sentarte por saltar protocolos que siempre estuvieron escritos. Ni ir al servicio cinco minutos antes de que suene la música del día más señalado para dos. Ni que una niña llore por no entender qué hace su madre al inmortalizar tanto un momento que todavía no llega. Ni subir y bajar escalones que crees que no vas a volver a pisar y que están acabando con tus talones. Ni que se derrame alguna lágrima porque ya llega lo que se estaba anhelando.

Lo importante es que las personas que te pueden hacer pensar esto y hacer sentir lo que no se puede explicar sean vistas con una amplia sonrisa en la cara, que estén unidas por esa metáfora circular y que aparezcan vestidos de la manera que les da la real gana. Cuando eso pasa, cuando uno elige cómo quiere asistir a su propia boda con canciones anormales como colofón final, cuando incluso el animal de los ya casados acompaña en la mesa nupcial mientras dan la oportunidad de hacer amigos a los invitados con personas que eran desconocidas pero ahora están enfrente, cuando se tiene la oportunidad de hablar de nuevo mediante una palabra y muchos gestos de cariño, quiere decir que quien ha podido lograr esto puede lograr cualquier meta que se proponga.

Y yo, estoy muy orgullosa de poder haber formado parte de este día, de esa historia y de esas vidas que desde ayer están más unidas por un papel que antes estaba en blanco.

Felicidades amores. Os merecéis todo lo bueno que está escrito y lo que aún está por llegar. No es fácil hacer de lo poco común una velada inolvidable, vosotros lo habéis conseguido. Y esto, es digno de elogio.
Os quiero mucho.

P.D.= Ninfa, tampoco te olvidamos ese día.

Vidas cruzadas

19 mayo 2007


Día clavado. Dolor y rabia por un lado y sonrisas y sueños por otro.

Se recuerda lo jodida que es la vida cuando de repente visita la guadaña, sin aviso, sin tregua. Porque nunca la hay cuando aparece, no importa nada ni nadie.
Ni tú ni yo. Qué más da. Postrarte y resignarte es lo mejor. Tragar saliva y sonreír. Siempre seguir sonriendo. No importan las ganas. Son lo de menos.
Las palabras se exilian y lo profundo se manifiesta. Todo acaba. Lo importante se va y se tiñe todo de negro. Los sollozos se escampan y nadie cambia la cara. La música se para, el tiempo no se sabe qué es.
Los días se hacen interminables y la realidad aún no llega. Ni a golpes.

Aún sigo sin entender. Simplemente porque no todo debe ser entendido. Pasa y punto. Ahí queda.

Te sigo echando de menos y el nudo es inmenso. Maldita risa la tuya que sigue aquí postrada. Con eso me quedo. A pesar de lo demás que aquí está plasmado, y todo lo que nunca se contará.

Momento

12 mayo 2007


Dime tú, que avanzas con desaire, prometedor de lo imposible, si vendrás algún día para permanecer.
Plagiador del desdén ilustre, recorro algunas de los caminos por donde vas dejando paso firme, con la patética intención de la semejanza.
El averno vestido de lo indemne llama a la puerta con aire jocoso.
Las páginas pasadas quieren ser revisadas y sólo se quiere sonreír ante tanta infamia y desajustes de cuentas.
Qué más da lo sucedido, se requiere más para poder mirar hacia delante.
Se sabe de salidas que hoy no pueden ser vistas.
Apaga la luz para que aceche la claridad.

Disimulo


Rozando pliegues al borde de las finas telas colgando del techo.
Todo se ve distinto desde ahí arriba.
Las alturas ridiculizan lo que desde el suelo no se atreve a ser alzado.
Manos con la intención de ser escuchadas.
Voces que intentan llegar a alguna parte que no sea el olvido.
La demencia nunca fue tan preciada desde entonces.
La sangre que fue inocente frena y se tiñe de negro.
Nunca la duda ha sido tan buena compañía.
Las derrotas ya no se cuentan con los dedos.
Victoria no aparece en nuestra enciclopedia.
Todo se funde en uno y lo demás,
nunca fue inventado.

Reducido placer

03 mayo 2007


Los días lluviosos salpican en la cara, visitando al ser inquieto del alba.
No duermes. No sueñas. Quieres estar despierta.
Señalas al pájaro que sobrevuela los tejados, ese que no viste pero que siempre anduvo cerca, ese que canta pero no es percibido.
Reírte resulta fácil cuando la autosugestión es desconocida.
Lo viejo se convierte en nuevo. Lo nuevo en lo inmejorable. Las flores nunca olieron tan bien.
La hierba mojada te acaricia los pies, el sol espera a que abras los ojos.
Su olor te envuelve dibujando tu perfil mientras tú observas, callada, los labios que soñaste, esos que ahora te envidian, esos que por fin tienes cerca. Muy cerca. Los que tocas al cerrar los ojos deseando que no desaparezcan al abrirlos.
El pelo revolotea por la almohada dejándose mecer por el aire fresco de la mañana, esa que comparten con mayor placer los que se esconden.
Olor a pan tostado y chocolate caliente para ti, y café para la fiel compañía.
Y lo único que te preocupa es que mañana es día de fiesta, que la mañana cierra y el tránsito abunda.
Que el tiempo se convierte en despertador, y las almas vuelven a las cavernas.

Robando luz

28 abril 2007



No sé si traerán suerte, puede que sean un invento más para mantener saciada y contenta nuestra conciencia. Para que luego se diga que no somos inteligentes, inventamos todo para mentirnos a nosotros mismos, o al menos para olvidar un poco lo mundano. Incluso llegamos a creer en un destino, olvidamos las elecciones y damos paso al azar. Sale algo bien: cosa del destino. Sale algo mal: vaya, tenía que pasar. Y es que cuando no hay respuesta a algo que nos sucede y se nos queda grande, cual político que todos tenemos dentro, a algún hecho le tendremos que achacar nuestras penitencias ¿no?

Por mucho que se diga a veces que hay un algo que mueve lo que nos sucede, no todos creen lo mismo. Obviamente, también están las personas que mueven los hilos del mundo. Y sin ellas, poco hacemos. Que no llegan a estar y no nos regalan ninguno de esos inventos para sentirnos mejor sin obtener una respuesta empírica, y no se sabe dónde acabaríamos...
Sea como sea, destino o no, cada cual elige qué quiere que sea lo que le hace sonreír o llorar, si así va a estar más conforme y a gusto dentro de lo que cabe.

Por ahora, esta bruja, cree en la suerte. En el destino y en las personas. En los caminos que le quedan por recorrer, sean cortos o largos, en las compañías de ayer, de hoy y las posibles de mañana. En sonreír cuando se debería estar triste aunque cueste, y en llorar de alegría, que de vez en cuando viene muy bien. Que quién sabe si mañana estará volando. Lo sepa el destino o no, o lo sepas tú o no, sólo sabe que aquí está hoy, y por eso, nada más que por eso, se alegra.

El más listo de aquí - Santi Campos y los amigos imaginarios

24 abril 2007


Me gusta mucho esta canción.
La imagen no es muy buena, pero el sonido sí y el mensaje que transmite sigue siendo perfecto, sobre todo en algunas ocasiones.

Si queréis escuchar más canciones entrad a la página oficial del grupo.

Nada más

22 abril 2007


Piedras en suspense, pétalos que caen. Sequedad y ojos en formol.
Noches calladas por pupilas rotas. Luna duermevela con quejidos mudos, de esos que penetran el suelo, que quiebran, duelen.
Aparentar por momentos ser íntimo de la guadaña.
No abrir, no salir. Peor, no querer entrar.
Aceras bañadas de sangre. Sombras putrefactas.
No ver. No querer ver. Pensar que no hay más, que no hubo, que no habrá.
Ni se es. Ni se está.
La huida ya no es insólita. Despejar el camino en una soledad que fue preconcebida por nuestro propio ego se convierte en lo normal.

¿Es ésta la vida que deseas?

20/04/07

Agridulce

18 abril 2007


Entregar. Siempre entregar. Dar algo aunque no se reciba. Ofrecer sin esperar nada.
Sensación egoísta. No querer recibir no porque no se nos entregue nada, sino porque lo dado no llena lo suficiente.
Entonces, pensar. Como siempre. No un poco. No un mucho. Un demasiado.
Posible equivocación por tanto rechazo. Interrogantes. Un “¿seré yo?”.
No sentirse diseñador de príncipes azules, tampoco de sapos aspirantes, creer no pedir demasiado. Es más, creer no pedir.

En estos casos, cuando el hilillo de voz desaparece por un falso silencio, queda cobijarse en cielos estrellados; quedan lejos pero ahí están.
Y si no, se pintan, que colores hay, que fueron el mejor invento. Siempre llevo algunos encima por si se necesitan. ¿Que hay que pintar ventanas? Se dibujan cuatro garabatos y listo. ¿Que lo que se desea es un banco al lado de un árbol frondoso? Se usa un verde para las hojitas y diferentes tonos de marrones para el tronco, y acabado. El banco, aquí, es lo de menos.
Alguna vez se pinta música. Siempre va bien. Una de las mejores compañías. Así, se lucha contra los interrogantes. Y si no, pues se colorean, que para eso estaban las pinturas. Ayudan a ver cómo pueden resultar tan ridículos, esos problemas inventados o que parecen no tener solución.
Tan ridículos, como esta entrada brujeril de hoy.

Dibujito por cortersía de mi ninfa, que me dibujó un día cualquiera de hace dos años.

Igual

13 abril 2007


Es igual hacer gárgaras con su perfume, es indiferente lamer mientras se siente la lengua podrida.
Es igual avanzar cuando notas la inercia nombrándote desde atrás. Qué más da si esas dos palabras ahora reivindican algo si aún son una tímida sombra.
Es igual que la voz calle cuando lo contrario es lo que se manifiesta. Que moleste la palabra que falta. Que lo demás sea reinterpretado.

Todo debe dar igual cuando hoy es, simplemente, hoy. El ayer fue con todo su sentido y sentidos, y el mañana está a la vuelta de la esquina.
Ya vendrá lo que deba venir. No hay nada escrito a pesar de que nos creemos una historia.
Juguemos con el pretérito, que jugar, todos sabemos hacerlo.

Laconismo

08 abril 2007


Luchando contra las miradas huecas y sonrisas podridas.
No hay tiempo que mate este frío.
Aspirando a ser inventor de sucesiones limitadas para que el dolor sea menor. Instigador de revuelos en lugares con fondo de botellas vacías desvirgadas sin sed.
Todo sigue como ayer ignorando que la desdicha fue la mejor visita del día.
Las palabras agridulces y las lenguas calladas son buenas maletas de viaje. Practicar la ignorancia ante la pedantería, reflejo de lo de siempre.
Querer encontrar algo desconocido que sea salvador del vacío.
No hay respuestas, no hay acordes que endulcen este momento.

A pesar de todo, estás. Existes. Vives.
La vida lleva por caminos esperados que no dejan de ser amargos.
Llegarán noches cálidas en las que las risas tengan envidia de que el protagonista seas tú.
Y el resto… ¿Qué es el resto?

Aquí seguimos. Estamos. Somos. Nada más y nada menos. Y eso, eso es TODO.

Para ti, melenudo. Por ese todo que te espera, que siempre espera.

Bajo la lluvia

04 abril 2007


Retroceder, sin más. Volver a lo que una vez fueron dos.
Dolor, pero un dolor bastardo que no basta.
Frenar en terreno resbaladizo. Demasiado inestable.
Indagar en posibles quehaceres que sólo son productos imaginarios.
Tener algo que se quería y no desear lo que ahora es poseído. A veces perseguir más. Mirar al otro lado y haber querido aspirar a menos.
Recordar que se ama. Olvidar que no se sabe odiar e insistir en el intimar con ese verbo.
Encontrar algo inseparable y al momento vomitarlo.
Correr sin ver una puerta con candado en el fondo. Ver La puerta. La de siempre, la vestida de burla. Broma. Todo absurdo.
Estar en medio de un todo que a ratos, para ti, es un nada. Cansancio de ese nada que se convierte en un demasiado.
Escuchar voces, ruido. Repetido.
Plasmar palabras y palabras que siguen aferrándose a incoherencias.
Dejar caer sonrisas y risas sinceras con fondo de ojos vidriosos.
Y crear rincones como la mejor compañía, a pesar de querer tener cerca una ventana por la que saltar.

Intención

Tanto vuelo, tanto cielo en mi cabeza, hace que tienda a ver el suelo dejando de lado el aleteo de la mariposa.
Que a veces es igual que mires.
Que a veces es aterrizar en la mirada hueca a pesar de que parezca estar llena de propósitos. Ninguno malo, por supuesto. Así son los propósitos.
La incógnita se esconde en los momentos más azules en forma de papel transparente. Se rompe pero aún así quedan trozos.
Y puede que lo que me cure sea la risa de tus días, saludando las cenizas que quedaron incrustadas en mis vértices.
Y que así resurja la semilla que parecía aniquilada por tanta mirada inquieta e invento para mis oídos.
Nunca juro pero hoy juro por toda mi vida que quiero no volver.
Seguir abriendo puertas mientras robas amaneceres para la que crees sombra de tus huellas.
No quise derramar fuegos para acabar con tanto líquido expandido por mis poros.
Pero no sólo se trata de elegir. Se trata de aceptar para acabar con lo recóndito.
Y tengo miedo de tu miedo. De que finalicen las lunas por tanto artificio. De que el baile se acabe a media canción. De mi sordera. De lo que parece ser visión cuando lo que veo es ceguera.

Y si la rendición no existe, espero pronto su visita.

Ardillas de colores

Capullo, la muestra de mis ojeras por tus ronquidos, por las charlas y los ratos en el bar de Antonio (con mis coca colas y fantas, por supuesto)... Y por vuestros putos partidos de fútbol.
Hace una semana de nuestra última discusión por dormir en la misma habitación. Hacía frío, pero daba igual, yo reía, te encabronaba y, entonces, me hacía reír más.
Luego vinieron las llamadas para calmar tensiones que no existían. Sigues siendo un ingenuo. Y eso gusta. Por lo menos a mí, me gusta.
No cambies nunca. Gracias por todas las horas juntos y por las que quedan por vivir. Me quedo tranquila conociendo todo y todos los que te envuelven. Ahora, no se pueden arrancar de aquí tampoco.

Es mucho mejor mi vida si tú estás dentro

Castillos en el aire

Y tanto análisis por tantos que son tan poco, y tanta risa por no saber qué decir o decir sin sentido alguno.
Que más de uno tiene disfraces en el desván desgastados por el uso.
¡Qué pena de lo acostumbrado! Y qué felicidad ante la puerta abierta.
Y que no cale tanto el hielo ni la escarcha en el alma.
Y los cambios que te hacen sonreír cuando recuerdas.
Que te va a visitar alguien nuevo dentro de unos meses.
Que hay más duendes de lo que esperaba.
Que las noches no van acompañadas de misa de difuntos. Ni aquí, ni allí, entre tanto ruido y líquido odiado por la bruja.

De colores está plasmado el sentido.
De notas pintadas las suelas de los zapatos.
Del vivir y del soñar mirando el papel en blanco.

Posibilidad

La habitación dejó de ser cobijo de lo innombrable para dar gritos sonoros de un tono no irritante.
El dorado no era algo inalcanzable.
El final del mundo sólo se aproxima cuando a uno le da la real gana, no se impone. No hay insistencia.
Invita a seguir. Lamiendo recompensas.
Me sobra con ver bailando ninfas a mi alrededor.
No hay duermevela. El sueño invita bien.
¿Cuántos pasos había que dar para llegar a lo alto de la cima?
Nunca un demasiado.

2/12

No te mentiría diciendo que por momentos te quiero sólo para mí, anclarte en el esqueleto de mi cama, y entregarte mi tímida desnudez.
Llegar a los rincones indefinidos de tu ser y hacerte mapa para perderme dentro.
Beber tus ojos para desechar tus tristezas y comer cada pieza de la que estás moldeado.
Olerte a cada minuto como si fueran anocheceres mientras escucho la voz de tu silencio llegando al centro de lo callado.
Arrancarte el alma, por siempre, como tú hiciste con la que era mía, bendito ladrón de amaneceres.
Esto y la infinidad indescriptible al encontrarte aquí arraigado.
Así, sin más, poseerte.

Para la envidia de lo absoluto

Por pegarme la forma de hablar, de reír, de gesticular, de mandar a la mierda, de mirar mal, de bailar, de acariciar, de hacer el gilipollas, de no decir nada y decir todo con ello.
Por compartir mis 23 años y poco contigo sin yo haber pedido permiso.
Felicidades, a una de esas luces que sé que nunca, nunca, se apagará.

Hasta siempre

Tal vez deshacerte entre tanto humo, entre tanto rumbo libre por el círculo disperso.
Entre el círculo que no es círculo por los pilares rectos entretejidos como entrañas, incrustadas desde el feto y recubiertas de tu gloria. Celestial a mis ojos y hojas caducas para tus legañas.
Pensarte silueta clavada en el cristal, engendrada por mi vaho del incendio que hay dentro. Apagado por momentos cuando el lacrimógeno queda adoptado para no ser ya huérfano y sea yo, así, el huérfano en mayúsculas, olvidando en absoluto la inmortal cadena.
Olvidando mi aliento que ya cortaste cuando apareces en el canto de ese niño en su llorar y reír a la vez,
en los pasos del viejo que está entre su vida y la muerte de quien le quiere,
en la lucha de la madre que va pariendo luz mientras sabe que acabará entre rejas para mantenerla encendida,
en la esquina que se ha enamorado de la misma mujer de moral distraída,
en la sonrisa tímida al extraño que hay enfrente,
en el vuelo de la mariposa a la que deseas arrancar las alas para sentirte ella y no volver, ¡cobarde!
Así y de muchas más formas, hechas y rehechas a través de los cinco sentidos odiados ahora.
Así me dejaste a mí, borrándome de mis adentros y teniéndote presente en cualquier pensamiento.
Queriéndote borrar del diccionario por siempre y no queriéndote nombrar nunca más.

Llegarte ya al olvido, olvidarte
recuerdo.

Buenos días

Lo único que quise fue no dejarme.
Y si hubiera sucedido lo que se asomaba por la mente, la distorsión habría dado paso a la derrota de la cordura.
Y no quería acabar así.
No siempre se sabe qué es ganar o perder.
Nadie objetivo dejó escrita la diferencia de estos primos hermanos...
Por eso mando al infierno al primero que sobrevuele mi tejado y me visite en mal día.
Todos los que me dijeron que saldría hacia delante con una sonrisa, acababan yéndose de viaje. Sin más.
Y no entendía nada.
Decían que tenían la intención de ayudarme, de hacerme ver que el final no es el que pienso.
Pero era decirme esto y se iban.
Cuando lo empujé al vacío no pensé que fuera a acabar así.
Es más, creo que hice bien. Tenía esas facciones tan marcadas...
¡Era todo tan pintado!
No sé... ¿Tan cruel es la buena intención?
Y eso fue todo. Luego, desperté en esa neutra sala acolchada.
No se está mal.
Lo malo es que no me dejan colgar ninguna fotografía.

Explosión

Calada de mitos imperecederos se habita en los sueños deformados por el exceso del uso.
La luz cae cuando amanece y recorro lo frágil de los días.
Cualquier palabra acaba podrida y cada nota musical es insulto.
Me lamo y me siento insípida porque mientras me dispara lo que es derrota a deshoras.
Nunca un reflejo había dolido tanto.
Vomito tu oquedad en cada tono azul cielo.
Los colores se inmolan gracias a cada uno de tus movimientos.
El viento, de aquí para allá, el viento,
Me ahoga el tic tac de lo que es incierto.
Dónde queda la imposibilidad de lo que debe estar muerto.

Frío

Llena por momentos de tal vez y quizás, asusta el hecho de que se queden pegados en el centro.
Porque a pesar de que esto signifique, también, que no siempre es igual, por la eternidad recordamos lo que es diferente.
El frío tiende a traer cuadros que fueron y no serán. No es lo mismo lo que es o fue a lo que sería.
No es igual.
Esto, de nuevo, es independiente a la sensación de rigidez cuando a una le llueve y permanece húmeda hasta que las mantas le cobijan. Y encantaría utilizar la lógica en esos momentos usando la respuesta del dormir a la intemperie.
Pero no es así.
Las brujas también son mentirosas por naturaleza. No con los demás, que es lo peor, sino con la sombra que siempre les acompaña.
Y si se dice que no, es un sí, y si se dice que sí, es un desaparece, y si se dice más adelante, no se sabe qué es.
La voz también se fuga. Lo peor es cuando se va cuando más ganas se tiene de gritar.
Un estado catatónico no iría mal de vez en cuando.
Un rato de no saber, de no pensar.
De no ser quien se es.


Con las ganas - Zahara

Cambios

Las brujas no desaparecen físicamente por voluntad propia. Siguen viviendo entre lo mundano y no le pasan acontecimientos extraordinarios como sale reflejado en la caja tonta.
Vuelvo de nuevo gracias a la nueva conexión cibernética. Acabaré odiándola como la que más. Todo llegará.
Ha habido algunos cambios. El más notable lo mostraré un poco más tarde. Los demás son más míos. Aquéllos que sólo uno puede notar que lo son pero no pueden ser explicados por palabras banales.
Sigo igual, hartándome de algunas páginas que no han pasado todavía porque lucifer no quiere que así sea.

Que si los sueños se convierten en conversaciones reales por fin no es para hacer mal, forman parte del milagro. Los hasta siempre continúan disfrazados de cortinas de colores mezcladas con cristales rotos. Las despedidas sobran, independientemente de si el interesado verá al que quiere mantener lejano al día siguiente o si no lo vuelve a ver jamás.

Mi imaginación es la única que dice la verdad. Todo lo demás es insignificante. Más de lo mismo pero visto del revés.

Ojalá lo que es transparente lo fuera para todo lo que creo importante e imprescindible por momentos. Pero no, eso no se consigue. Lo que me hace ver que la enfermedad sigue vigente. Y no por mí. Odio lo que está lleno por el vacío, lo que no quiere llegar a ser cubierto por la ceguera, lo que se expone al abismo porque no ve más allá.
Me limito a celebrar lo que tengo en mis manos en un momento. Así el golpe no aparece. No reaparece. Sólo quedarán recuerdos con una risa tímida como hilo musical. Nada más.

En estos días extraños, me he reído mucho y bien. He cantado, he hecho ver que lo hacía, he bailado, he reído, no he llorado, me he cabreado, he hecho planes distintos, algunos los he cumplido y los demás vendrán, me he hecho amiga de diminutas ovejas y conejitos suicidas, he visto y tocado a cantantes devueltos del exilio, he hablado mucho con taxistas con buen gusto musical y duendes con insomnio, me he reído con y de la artista del bosque de risas ajenas, y de la dulce sonrisa de la hija del viento. Eso sí, siempre de relajo.

Ah, y por cierto, mis padres han querido darme en adopción por la siguiente foto, y además hay otro miembro en la familia llamado Pionona.



Pues sí... Me corté el pelo. Más adelante tendré fotos más buenas. En cuanto a Pionona y demás personajes y personas, ya hablaré en otro momento, que esto se ha extendido demasiado.

¡Saludos de vuelta!

Dar

Y hubiera robado tanto, tanto… Que todos creerían que podría haber llegado a ser una especie de diosa. De esas que acaban siendo convertidas en santas por sus excelentes buenas hazañas ante la vida. Que no vidas. Una única vida. De las que quedan plasmadas en la mente de toda persona por haber dado todo lo mejor por alguien que nunca se acaba de conocer. Y eso, patéticamente cierto, según se mire o se explique, parece algo maravilloso. Pero que no importa eso. Es lo de menos. Sino que lo que realmente importa es, que esa convertida se ha dado tal cual es sin saber bien si supo algún día quién fue. Porque a ella, eso, le sobraba. Ella nunca quiso ser diosa. Querría haber sido Tu diosa.

El bosque encantado está de fiesta

No hace tanto que encontré la mirada desafiante y analítica acompañada de esa barbilla no tan bien cuidada…
Hace un año celebramos este día casi sin conocernos y, realmente, nunca hubiera pensado en esos días que pasaríamos tantos buenos (y no tan buenos) ratos juntos.
Me alegra dedicarte esto, por muy poco que sea, significa mucho. Demasiado. Y los demasiados ya se saben cómo son…
Creo que nadie, y cuando digo nadie es un NADIE, sabe hasta qué punto tenemos esa unión. En ocasiones más palpable que otras, pero ahí está.
Muchas felicidades.
Gracias por convertirte en duende cuando una vez pensaba que ya no existían. Por celebrar conmigo lo que a ojos ajenos era inexistente, por regalarme palabras pesimistas cuando la realidad lo pedía a gritos, por la risa que provocas cuando las bocas están cicatrizadas, por las canciones compartidas, las que quedan por venir y las inventadas, por la lista de sapos que nunca fueron príncipes.
Por esto, aquello y lo de más allá.
Sé feliz siempre. Yo seguiré disfrutando parte de mi tiempo con todo lo que envuelves.


Hace unos días me encontré estas palabras. Las leí y supe que no eran mías. Al seguir leyendo, reconocí al momento para quién iban dirigidas. Y, claro está, de quién provenían.
Como son tuyas y hoy este rincón también lo es, ahí van para ti.
Disfrútalas, duendecillo.

Prestados los momentos, puestos a prestar y a prestamistas rogar, es mi sino tener que pedir, que siempre es mejor que robar. Préstame un halo de luz que parece que el mío perdí.
En el camino debí dejar de brillar y no hay Duende sin su luz, ni Ninfa sin su Duende.
Préstame un poquito de esa luz que tú coleccionas, la que ves en las personas cuando todos duermen y a ser posible y como pido prestadas muchas cosas, devuélveme esas flores raras, las que crecieron en la aceras pues las mías ya están secas.
Que no hay flor sin sol ni noche sin lunas, que el amor es más lucido cuando serenos están los sentidos y adormecidos los ruegos.
Préstame un rincón de tu rincón y déjame por ultima vez expresar lo que no consigo hablar.
Que mi camino ya encontré, que mi luz ya visité, que si duermo en el amanecer de tus días es porque amaneces en mis noches.
Si borrar fuera cosa fácil para apaciguar el dolor del alma, el que llora, yo tengo el remedio, que vendo gomas de Nata por doquier, Milan 430, rasoplast es la que mejor va...
Y si no funciona, húndete en mi ser, que hay sitio para ambos y un poquito más.
No me digas más que lo que veo no es normal, que en algún lugar te quedaste y ya no puedes caminar, no me digas más que a quien veo no merece la pena pues es mi apuesta la que está en juego, es mi razón la que nublas, es mi caminar el que juzgas, es mi sentir el que pones en duda.
Préstame la luz de tu mirar, solo un momento, y veré a través de ti, que no me canso de hundirme en tu pecho, que no me canso de sonreír en tus labios, que no me canso de soñarte, que no me canso de quererte.
Que no hay noche sin sus lunas ni niña sin su Duende.
Préstame tu sonrisa pícara, tu mirada de ladrón, tus caricias más sinceras, enciéndeme con la mañana y apágame en tu pecho, siempre en tu pecho.
Siempre es mucho tiempo, pero nunca es la eternidad y aunque eterno no hay nada, dime tú si no te arriesgarías a perder. Porque quien no apuesta no gana y quien no arriesga..., acaba arrepintiéndose.
Que no hay noches sin luna, ni amanecer sin mi Duende.

Estah son las floreh de tu puta tumba'


1, 2 ,3…
Nada que perder.
Brujas con birrete artificial, noches de seda con empotrados en camillas destronadas cada media hora, sonrisas cálidas que se congelan, ya hablaremos, ya hablaremos…, un niño que cada vez es más rubio y cuesta reconocer siempre, niñas que van al logopeda para graduarse la vista, bolsos de la maldita actriz y pantalones sin pitillo con aspirantes a lelli kellys, una señora que cuando fue niña se perdió en un bosque y sigue viva por una enorme luz con manto azul.
Muchas celebraciones y poco tiempo.
Gusta.

Gracias... A todos los ojillos que me acompañaron y me acompañan

Iker Jiménez lo sabe...

De antemano, la cámara de mi móvil ofrece disculpas a todo ser que aparece en esta presentación, sabiendo que ha sido la culpable de que algunos ángeles que brindaron su cuerpo (y alma) en estas imágenes, puedan parecer ser el resultado de la más monstruosa transformación.

Nuevo sol


Y si todo se tiñe de gris, convirtámoslo en luz.
Ahí quedará el tesoro. Lo fue y lo seguirá siendo.
Las rayas no son nunca rectas, sólo hace falta usar bien el pincel.
Para el equilibrista de las noches alegres y los días memorables:
Gracias por todo. Sonríe y lucha por lo que tanto deseas. Pero recuerda siempre desechar lo negro que llegue a cruzar la puerta.
Seguiré sintiendo como ahora, que no es lo mismo que el antes más cercano. Porque ya, no se puede volver a lo vivido cuando se mira por el cristal de distinto modo.

Ya no más:

No pido amanecer contigo, pido amanecer.
Verte ambientar cementerios hace que no respire.
Tanto ayer y tanta imagen desangelada acaba llamando a la razón.
Ver que iluminas el cielo es mi perdición.
Ver cómo olvidas que lo haces es la tuya.
Quizá sea eso. O quizá sea que de tanto iluminar te quedaste sin luz.
Eremita de la incandescencia ignorante de lo que posees y dejas ir, sin más.
Perdido en la borrosidad del sol negruzco.
Ojeras entorno a la enredadera que te espera en la almohada.
Nada importa si acabas sellado por la infame saliva.

¡Todo huele bien!


32

Anoche o hace unas horas, ya se sabe lo travieso de los sueños, me vestí para bailar sevillanas. No es broma. Mi madre me vestía de negro, creo recordar era un vestido de ballet. Yo estaba contenta con ese vestido. Me quedaba bien. Ya se sabe cómo son los sueños, pueden hacer que bailes un tango con traje de chotis, y verlo tan normal. Lo que vi extraño, eran los zapatos. Le decía a mi madre que dónde estaban los zapatos, porque ya que quería que bailara (¿no lo dije? suelen ser otra persona la que quiere que su pequeño/a haga algo), tendría que darme un calzado. Adecuado. Y esta vez sí, adecuado. Porque cuando se llega a esta parte es igual que se esté soñando. El calzado es esencial. Yo me imaginé con unos zapatos del 34, bueno… va, del 35 (ya que es un sueño mío, me ensalzaré), acompañados de topitos blancos, que son los que ahora están de moda. Me daba igual que fueran negros, blancos o rosas. Que los hay. Prefería negros sólo, pero daba igual. Era mi sueño y quedaría bien. Iba a bailar para mi madre, que estaba orgullosa de vestirme para la ocasión. Ella me mostró unos zapatos blancos. Pero de bailarina. De esos que duelen en la puntita del pie aunque estés acostumbrada a llevarlos puestos. El caso es que no me sorprendió eso. Fue el número de los zapatos. Vi el número y me enfadé. “Mama, son un 32”.-“¡Qué más da! ¡Te van a estar bien!”-“Mama, tengo que taconear, yo no puedo así… Encima que no tengo nada ensayado… Tendré que hacer ruido para que se me escuche ¿no?”-“¡Que te los pongas, coño!” Y mientras me seguía quejando, pidiéndole también una mantilla (daba igual el color), y decía que no me estaban bien, me entraron. Entonces me levanté, vi su cara de satisfacción, y la seguí hacia la puerta mientras no entendía nada. Los pies me encogieron. Daba igual que fuera a bailar sevillanas vestida con un traje negro de ballet que me sentía tan bien. Daba igual que la mantilla no se encontrara porque ella no quisiera; no había tiempo. Todo era vano. ¡Me estaban bien los zapatos del 32! Incluso se me olvidó, al llegar a la fiesta de fin de curso para bailar, que en el lugar no conocía a nadie. No estaba Gemma, ni Lorena, ni Noelia... En el escenario un grupo de cinco o seis niñas fans de Margaret Astor y de la publicidad operaciontriunfera bailaba batuka. Me giré para buscar a mis profesores. No estaban. No había nadie excepto Isabel, la directora. Que me reconoció, supongo que por los rizos o por mi madre, que iba demasiado para llevar a mis hermanos allí. Me miró con incertidumbre mientras al final se acercó con un: “¡Qué sorpresa! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué guapa estás!” Y mi arqueo de ceja se hizo inminente junto a mi labio superior cogido con hilo de pescar. “¡Je! ¡Ya ve! ¡Todo bien!” Mientras miraba sigilosamente a los lados buscando una salida de emergencia. Pero ella seguía hablando. “¿Se casaron tus hermanos? Hace tanto tiempo que no los veo… ¡Ufff! Una eternidad… ¡12 años!” Y mi cara de ¿cómo? Se convirtió para ella en un “¡Claro! ¡Mucho tiempo!” Ahí me paré. ¿12 años? ¿¿¡¡12 AÑOS!!?? Pensando que ella estaba loca, y que no era yo la que necesitaba una habitación acolchada de fondo blanco, al menos todavía, me dio por mirar una pancarta.


¡¡TÓMBOLA PARA VIAJE DE FIN DE CURSO 2007!!


A lo que me giré hacia un lado, luego hacia otro, y al encontrar a la madre que me trajo al mundo, la cogí del brazo, y nos fuimos de allí. La miré con cara de cansancio y preocupación, con lástima, mientras le decía:

"Mama, vámonos de aquí, porque creo que nunca estuve apuntada a clases de ballet… Creo que el curso era de sevillanas. No te das cuenta de nada... Ni de que estos putos zapatos me están jodiendo los pies."

¡¡Baaaaaah!!


Que si los qué te pasa en la boca de escribir y los qué te pasa en la oreja de leer están acompañados del marido que escribía versos y de rarairas varios que dejan olvidadas las piedras del camino.

Que si está el cielo encapotado, que si la luna sigue pintada, que si está el ángel disfrazado de guardián lejos o si llegó del exilio expuesto por él mismo, que no del dios frustrado que para algunos existe.

Que si las mañanas están cansadas de tener que decir adiós acomplejadas porque no se tenga demasiado en cuenta su belleza.

Que si las noches están de fiesta porque se las toma más en serio que todo lo demás, y más si están acompañadas del líquido de la lujuria.

Que si ¡Ahhhhhhhhhhhhhhh! ¿¿Natulaaaaaaaaaaaaaaaaaal?? ¡¡Oooohhh!!

Que si llegaré algún día a aquél castillo al lado del mar. O más bien si llegaré pronto o ahora es un demasiado tarde.

Que si el círculo está todavía abierto a pesar de que nadie deje de ser importante y a pesar de que ese nadie sea un tú. O un yo. ¿Qué más da?

Que si tengo ganas de siesta después de fregar platos.

Que si tú, que si yo, que si ella, que si él. Que tanto blablableo en la cabeza puede ser perjudicial cuando no se tiene al interesado enfrente.

Que si hace un año que todo ha cambiado demasiado, que casi empezó bañado en sangre y ahora está impregnado de risas y vuelcos por lapsos.

Que si qué y cómo, que si qué pretendes o qué quieres saber, que si mejor te vas a la mierda, no tú, si no los que creen y/o quieren saber demasiado y en realidad tienen incluso que pensar si el color azul les queda mejor que el rojo...

Que ayer se ve que fue día de aquelarres y al final, sin pretenderlo y porque más bien lo pretendieron, me entregaron la mejor felicitación sacándome de la penumbra.

¿Invierno?


Que si frío, que si lluvia. Ni los gatos salen.

Lo invisible está ahí acechando mientras los puñales juegan al escondite. Pero yo gano. Y ese es el problema.

No a los paseos ni al mirar películas donde yo soy quien pone sin querer los diálogos.

Los ojos están llenos de legañas. Sí, es algo asqueroso. Y no puedo decir que es conjuntivitis.

Siempre pensé que por estas fechas era el día tonto el que me atontaba. O la vuelta al cole, pero sin mochila nueva. Este año se está tiñendo finales de agosto de la misma manera pero veo que no es porque me tenga que volver a levantar a las seis y media de la mañana dentro de poco.

No se puede engañar a la conciencia. Ni a lo que hay en el centro de cada uno, lo que nos mueve y nos puede en ocasiones.

Las mentiras no se pueden ni vestir de domingo.

El hilo de voz se convierte en eco para mí y en nada para aquél que quiere escuchar.

Y sigue lloviendo sin gustarme. Los ángeles huyen igual que las gotas que caen en el suelo expulsadas del paraíso. Sin dar explicaciones. Y yo sin quererlas saber a pesar de que en ellas piense.

Canta por mí. A ti te lo digo, a cualquiera que lea esto y sepa qué pienso. A quien me entienda. Porque debe ser el único ser que lo consiga.

Sólo sé decir gracias.

- ¿Cómo?
Ese toc-toc-toc de nuevo.
¡Buh!
¿No abres?
¡Eoooo! ¡Soy yo!

- Que me voy. No sé dónde. Pero me voy.
¡Jajaja! Por favor...
- ...
¡TOC-TOC-TOC! ¡Eh! ¡Que no me cierres!

¿No ves que me tienes que abrir para poder respirar
?

21/8/07

A la vuelta

Faltan dos horas sólo, ¿para qué vamos a dormir? Corazón, zorro, balanza, búho. Nunca más. ¿Vamos a parar o qué? Hace calor. Hola, ¿comanda' la beta? ... Ya hemos llegado. Tié' lateta' má grande. Sí. Seguimos estando en el pueblo. Anda ca' venío' a verme. ... Joder niña, ¿dónde vas con esas pintas? No me acostumbro a ver cinturones haciendo de falda ni de camiseta. Mummy, ya te daré clases de estilo y maquillaje. ... ¿Es niño o niña? Vamos de feria. Mucho sueño. ¿Ronda de noche? Me he vuelto a enamorar. Vamos a Paco a cenar. Comida casera, dice... Hijoputa. Pruebe el vino, señor. No puedo, soy alcohólico. ... El café en otro sitio ¿no? Vamos a dormir, por dios, por la virgen de Caños Santos, o por lo que más queráis. Al sol de Cádiz no le caigo bien. Suerte que sólo duró ese odio un día. Mucha agua y flores. Dos horas dando vueltas. Habrá que dormir. Málaga huele a jazmín. Robando luz. Con el chá ca chá del tren. ... Relax. Paseo por el castillo. ¿Relax? Pss. Kyka, nos vemos luego. El amor es perfecto sólo en las telenovelas. Ahí todos tienen el corazón de piedra y las lágrimas son mentira. La ausencia es justificable. Pero todo bien. A pesar de que siempre sonría, todo bien. Hasta el año que viene, o cuando sea. Estoy ¿eh?


De vuelta. Calor, mismo olor, sin ganas de comer, ¿lo he vivido o lo he pensado? Cajas vacías, habrá que quedar. Todos, todos. ¿Qué les pasa a los ojos? Carnaval a ratos. Necesidad.

Mejor, voy a dormir. Ilusa. Al despertar, nada tiene otro color. Pero no desespero. Y las venas, pienso dejármelas larguísimas. Que para eso soy joven y bella. Como dicen los allegados. Y yo, cuando estoy disfrazada de buen humor y sarcasmo. Como hoy. O como toda la vida.

¡Saldré! Esa luz, es ya mía.


Polvo de estrellas

Desperté con la intención de no convertirme en gris.
No hay malditos aquí, ni allí. Ni setas venenosas ni gases lacrimógenos.
Océanos inmensos hartos de no ser tenidos en cuenta por estar demasiado regados.
Ni hay mensajes en botellas desertadas, lanzadas por la desesperación de la asesinada fe.
Los cuentos se inventaron para recordarlos con una sonrisa. Sea un final u otro. Todos tienen su moraleja. Que haga escupir o no, es ya otra historia.
Los gigantes con sonrisa y los gnomos de tres ojos. Qué más da la apariencia cuando lo que importa es ser.
¿Espuma? Toda la que quieras. En tus manos la clave para hacerla desaparecer en ese reino hoy desencantado.

No siempre se tiene la respuesta a esa pregunta. Siempre quedará el consuelo de pensar que todos nos lo hemos preguntado alguna vez.
La bruja va a volar, unos días. Volver a los vientos del sur y reencontrarse con mucho y muchos. Y de paso reencontrarse con lo que es nuevo desde otros aires.Ni promesas ni despedidas. ¡Volveré! Con ganas de lo que se avecine. Fuerza.

El manto de estrellas me espera, y sé que seguiré con palabras merodeando por mi mente con la intención de encontrar lo que aún hay, y buscando ver la luz en cualquier sombra que se asemeje.

Inanición

Joder con las puertas.
De tanto abrirlas se han estropeado.
Encima las ventanas muestran lunas pintadas en charcos.
Tanto domingo de despedida tras sábados dulces me ha hecho perder la orientación.
Por momentos. Siempre. Sólo por momentos.
Las marcas permanecerán, pero acabarán envueltas por un sabor placentero. Sea cual sea el final disfrazado de historia interminable.
Goldick está cansada... Tiene un poco de sueño. El verde se ha comido al azul.
Las mariposas no pueden volar con un lastre a cuestas.
No se ve con claridad cuando se siente un demasiado. Lo que se da nunca es suficiente. No se puede aceptar otra opción distinta.
Ni intentándolo podría dibujar mis ojos en estos momentos. El alma se ha ido de vacaciones antes que yo. Cuando aterrice, ya os daréis cuenta.

Y yo, también.

Flores con Henry

Fuerte. Siempre adelante. Hasta en días de paisajes eléctricos.
Restos de domingo en las entrañas.
Recorrer los pasos no debería ser lo habitual pero ahora es necesario.
Pero nada igual. Se pretende ser.
Las lunas se dispersan y cantan mientras que las aves permanecen espectantes.
La tinta hace menos daño. Sangra menos.
Manzanas rojas y pasta en tonos verdes.
Lo que se enciende no es prestado. Propio.
Si la puerta se cierra, siempre hay ventanas por abrir.
Y yo dispuesta a que no queden atascadas una vez abiertas.

Bajar

Nunca me gustaron los 26 de julio. Me acostumbré a ello. Más bien, me acostumbraron.
Por mucho que se invente, hay colores que no tienen definición.
No se pueden explicar. Sólo se sienten.
Todo se entiende. Es más, se sabe.
Aunque esto no quita lo que duele.
Y hay palabras que salen. A ratos pensando que son muchas. A ratos, nada.
Sin saber bien qué decir, pero sabiendo qué se desea hacer.
La tranquilidad, a pesar de todo, es pasmosa.
Como si se supiera qué vendrá.
Pero ahora, todo está algo turbio.
Distorsión.
Y con ganas de.

¿Tenue?

Llama a la puerta.
Que no haya suficientes carpas no significa que los circos sean inexistentes.
Los manicomios siguen vacíos. Eso parece. Eso es.
No hay vuelta de hoja. Aún así, derramas. El olvido no acecha. Todavía.
El recuerdo derrumba con escasez de palabras. No se puede retocar. No hay nada, aquí, que retocar. Ni un quizá existe para esa opción. Tanto ruido innecesario...
¿Ayer? Ayer no... Hoy. Ni siquiera mañana.

Enfrentarse con una sonrisa puede ser la solución. La que ya brindas. La que está. La que es.
Y llorar por todo. Reír por nada.
No hay fecha de caducidad.
Lo que queda plasmado en estas cuatro líneas sí que no se olvida.

Siempre quedará fregar platos con una cascada cristalina de fondo.
Esa, es la mejor respuesta.
Lo demás, todo lo demás...
Ilustrada estupidez.

De ratones y mariposas

Blanco y azul.
Los pasos van y, lo demás, detrás.
La cruz sigue en lo alto para ser alcanzada.
Se pretende llegar a ella, sin más.
Los periódicos siguen ejerciendo de predicadores.
El humo sale disparado entre sonrisas que carcajean.
Pero qué más da, todo huele a flores.
Los acordes se tumban en la almohada impaciente.
De nada sirve que la noche caiga y las horas busquen salida.
La luz no se va.

Un chasquido.

Y, sólo, dos.

Huellas


La distracción convertida en carcoma se sumerge en los pasos.
La cruzada es dura, el agua es rugosa y las piedras son transparentes.
Nada se ve, sólo se siente. Si no se siente, nada se es.
El final se imagina, a lo lejos. La luz llama. El silencio se apropia de nosotros y esa voz es ajena. Tanto como tú. Como yo.
Queda seguir. Adelante. Siempre hacia delante.
Los suspiros se quedan atrás. Ahuyentar no es función de nada ni nadie.
El cielo guía a los adornos que cultivan el camino.
El aire acaricia esa alma que quedó un día plasmada entre máquinas de sobrescribir.
Vendrá. Vendrá…

Para ti que crees en ese nosotros, que por otro lado sigues creyendo ser sorteada del placer de vivir. De nuevo. No todo es tan oscuro. Celebraremos lo que venga. Y lo que no, también. Saltaremos protocolos. Que para eso los inventamos. Todo tendrá sentido si se consigue ver la dejadez del luto. Ese que crees que constante te envuelve.
Sigo adorándote. Utilízame, aunque hoy, no me leas ni me escuches. Por suerte, sólo hoy.

Siete


El azul cae del cielo entre la monotonía plasmada en la multitud.
El sudor aparece cuando se descubre cada rincón.
La acera está repleta de ceniza reconvertida en polvo brillante.
Los edificios hablan deseando ser percibidos.
Los sauces ya no lloran al observar las perlas del camino.
Lo circular tiene esquinas que regalar siendo compañeras del vicio.
La música se escucha limpia entre los latidos intermitentes.
No hay retales, sólo plenitud.
Con ganas de seguir encontrando.

Calma


Jamás el color tuvo tanta intensidad, el brillo tanto ego y las palabras tanta voz.
Los relojes no tienen tanto sentido como el que ha nacido bajo el manto.
Ni paseos por calles cerradas, ni conversaciones imaginarias, ni miradas huecas acompañadas de suspiros robados por el viento que huye.
Querer es poder. Eso basta. Entender nunca ha sido tan fácil. Ni tan anhelado.
Esperar no es tal cuando se tiene cerca a en quien nace la luz.

Dos puntos


No hay velo mejor que el recubierto de destellos salpicados con tus manos.
La puerta está cerrada y la llave no para de girar.
Da igual si no frena esta noche plasmada en calendarios.
Algún día, alguno, parará.
Qué importa el qué y el cómo cuando hay un quién que te ofrece la luz.
Ahora todo está encendido.
El ahora es quien manda.

Necesidad


Afligida por tanto tono oscuro, los túneles se magnifican por tanto contenido.
La sangre fluye transparente entre las grietas cansadas de esperar ser recubiertas.
El velatorio no es nada comparable. La comparación permanece anestesiada ante tanta ignorancia.
La conveniencia es suprimida por la parida culpa.
Se engendra la muerte dándole un nombre conveniente.
Lo anormal se convierte a ojos propios en lo monótono.
Lo patético pasa a ser la almohada que acomoda cada noche al miedo.
Miedo de perder lo que nunca se tendrá, y lo que nunca se tuvo de manera real.

Lo latente sigue existiendo. Mientras permanezca, seguirá habiendo cielos para ser enmarcados por la sonrisa.

Restos


Hay un vaso vacío en el recodo de la mesita de noche.

Está manchado por el borde de un color rojo intenso.

Hay unos cristales rotos en el suelo. Los pedazos están sobre una de las zapatillas que no se esconde bajo la cama.

El cuerpo se levanta medio desafiante medio muerto, como si un golpe hubiera querido ser despertador de la mañana.

Con el cabello en la cara y la ropa de las noches anteriores, con los ojos todavía medio cerrados, se dirige al cuarto de baño. El espejo delata un rímel comido por lágrimas de cristal, semejantes al de la botella de whisky de las 3:34 de la mañana.

La salvación de todos los días se convierte en asesina cuando ya se gastó las píldoras al mezclarlas con esa, ahora sí, ingrata compañía, derramada en las sábanas convertidas en ocre.

Ni el agua limpia la suciedad. La tristeza vuelve a la cama esperando no tropezarse con el ser que sigue añorando, ese que desde hace tiempo ha transformado en material para invocarlo de alguna manera.

No se puede llegar a nada cuando no se tiene nada que ofrecer.
Ni las horas ayudan, ni las copas vacías llenan.

Nada ni nadie puede ocupar
la velada ausencia.

Hermosa noche


Nada mejor que no doler cuando se piensa, si se recuerda y simplemente se reconoce eso, que es un recuerdo. Que se desea lo mejor, y ahí acabó todo.

Nada mejor que reencontrar un confidente que siempre estuvo y fue, pero que por circunstancias, por las mías, estaba lejos.

Nada mejor que ver sonrisas vestidas de sábado y domingo, mezcladas de palabras entre interesantes e ininteligibles.

Lo de arriba envidia lo terrenal, lo que siempre acaba muriendo pero resucita cuando hacemos que esté.

Nada más importa cuando no se entiende del todo un nada que en ese momento lo es todo.

Dos velas


Todos los días tienen final de fiesta.
No duele pensar.
La agonía de soñar no aparece vestida de ángel de la guarda.
La lengua es la cura de toda situación igual.
Perder no está en cada esquina que se pasea.
Las ganas de volar no se tienen.
Desconocedores de lo clavado en la garganta.
Lo que desgarra ni está, ni es.
Sólo conozco coartadas para encarcelarte en los pliegues horizontales.

Con vuestro permiso.

Perspectiva abstraída


Me di cuenta de que todo da igual porque todo lo percibo de la misma manera.
Que el dolor duele al no saber porqué duele, más que al encontrar una razón por esa cuchilla que penetra.
Que la sonrisa es perfecta según el momento en el que se obsequie.
Según tu momento, no según su momento.
Que los instantes sirven para mucho y los recuerdos para nada cuando se asoma lo gris.
Que la lluvia es la mejor compañía cuando se quiere estar solo.
Que las sábanas están mojadas por la ausencia como sombra.
Y que continúo intentando plantar árboles mientras mis raíces se apoderaron de lo que sigo siendo.

2 + 2 = 5


Nos creemos únicos al intentar ayudar al otro, dejando los ojos propios a un lado y penetrando en los ajenos, como si eso bastara.
La buena intención no es suficiente. La que acaba siendo muy suficiente y sobrepasa es la ignorancia.
El límite entre el socorro y la desaparición ante lo considerado importante es muy fino.
No importa ya el resultado cuando no consigues lo que deseas. Cuando el objetivo que te propones no se halla, te derrumbas. Y te marchas. Así crees que debes actuar cuando no ves salida ante lo que te propusiste. Tú acabas pasando página pero ahora con la cabeza más cabizbaja. Mientras el otro sigue ahí, con la mirada perdida, sin entenderse él, sin entender lo que le hicieron y le sucede, y ahora sin entender porqué no te puede comprender a ti.
Otros eligen ser espectadores para siempre. Les gusta. Los espectáculos circenses están a la orden del día. Ellos no tienen otra labor mejor que hacer. Son los que más saben. Los que no quieren envolverse en la mierda. En más mierda. Los que no sienten ni padecen. Los que convierten los males ajenos en episodios cotidianos para ellos mismos. No les importa nada ni nadie. Algunos son inteligentes. Pero de nada vale la inteligencia cuando no se tiene eso que palpita y da vida.
Y eso, convirtiéndome en una de ellos, me hace reír.

¿Quiénes son los abandonados?

Nacer


Lo único que me importaba era aterrizar en un terreno tan inmenso, donde no diferenciaba los límites de lo que estaba bien y mal.

No podía saber qué era aquéllo que posaba entre dubitativo y sorprendido ahí abajo.
El encuentro era inevitable, pero el viaje nunca acababa.
Tantos minutos en el aire me hacían pensar que no habría nada mejor que pisar tierra firme.
Incluso a esa silueta que me esperaba le tomé algo de cariño sin saber quién era.

Ya no era un qué era.
Era un quién era.

El suelo era duro, había muchas parcelas ocupadas por entes de ojos rotos y mentes cansadas. Había muchos charcos en algunas, y mucha hierba seca en otras. Otras estaban repletas de llantos prematuros y por risas como punto final. Otras por carcajadas nerviosas como camuflaje, al lado de manos con el puño en alza.

Al menos, eso me contaron.
Eso me contó.

Pero ya, nada me importaba.
Ahora, estaba en tierra.

Dos


Lo importante no es llegar a un lugar desconocido con las piezas que siempre te acompañan. Tampoco lo es que no se sepa qué te depararán las próximas horas en un sitio con tanto encanto y con caras que pocas veces o ninguna has visto. Ni que no sepas dónde sentarte por saltar protocolos que siempre estuvieron escritos. Ni ir al servicio cinco minutos antes de que suene la música del día más señalado para dos. Ni que una niña llore por no entender qué hace su madre al inmortalizar tanto un momento que todavía no llega. Ni subir y bajar escalones que crees que no vas a volver a pisar y que están acabando con tus talones. Ni que se derrame alguna lágrima porque ya llega lo que se estaba anhelando.

Lo importante es que las personas que te pueden hacer pensar esto y hacer sentir lo que no se puede explicar sean vistas con una amplia sonrisa en la cara, que estén unidas por esa metáfora circular y que aparezcan vestidos de la manera que les da la real gana. Cuando eso pasa, cuando uno elige cómo quiere asistir a su propia boda con canciones anormales como colofón final, cuando incluso el animal de los ya casados acompaña en la mesa nupcial mientras dan la oportunidad de hacer amigos a los invitados con personas que eran desconocidas pero ahora están enfrente, cuando se tiene la oportunidad de hablar de nuevo mediante una palabra y muchos gestos de cariño, quiere decir que quien ha podido lograr esto puede lograr cualquier meta que se proponga.

Y yo, estoy muy orgullosa de poder haber formado parte de este día, de esa historia y de esas vidas que desde ayer están más unidas por un papel que antes estaba en blanco.

Felicidades amores. Os merecéis todo lo bueno que está escrito y lo que aún está por llegar. No es fácil hacer de lo poco común una velada inolvidable, vosotros lo habéis conseguido. Y esto, es digno de elogio.
Os quiero mucho.

P.D.= Ninfa, tampoco te olvidamos ese día.

Vidas cruzadas


Día clavado. Dolor y rabia por un lado y sonrisas y sueños por otro.

Se recuerda lo jodida que es la vida cuando de repente visita la guadaña, sin aviso, sin tregua. Porque nunca la hay cuando aparece, no importa nada ni nadie.
Ni tú ni yo. Qué más da. Postrarte y resignarte es lo mejor. Tragar saliva y sonreír. Siempre seguir sonriendo. No importan las ganas. Son lo de menos.
Las palabras se exilian y lo profundo se manifiesta. Todo acaba. Lo importante se va y se tiñe todo de negro. Los sollozos se escampan y nadie cambia la cara. La música se para, el tiempo no se sabe qué es.
Los días se hacen interminables y la realidad aún no llega. Ni a golpes.

Aún sigo sin entender. Simplemente porque no todo debe ser entendido. Pasa y punto. Ahí queda.

Te sigo echando de menos y el nudo es inmenso. Maldita risa la tuya que sigue aquí postrada. Con eso me quedo. A pesar de lo demás que aquí está plasmado, y todo lo que nunca se contará.

Momento


Dime tú, que avanzas con desaire, prometedor de lo imposible, si vendrás algún día para permanecer.
Plagiador del desdén ilustre, recorro algunas de los caminos por donde vas dejando paso firme, con la patética intención de la semejanza.
El averno vestido de lo indemne llama a la puerta con aire jocoso.
Las páginas pasadas quieren ser revisadas y sólo se quiere sonreír ante tanta infamia y desajustes de cuentas.
Qué más da lo sucedido, se requiere más para poder mirar hacia delante.
Se sabe de salidas que hoy no pueden ser vistas.
Apaga la luz para que aceche la claridad.

Disimulo


Rozando pliegues al borde de las finas telas colgando del techo.
Todo se ve distinto desde ahí arriba.
Las alturas ridiculizan lo que desde el suelo no se atreve a ser alzado.
Manos con la intención de ser escuchadas.
Voces que intentan llegar a alguna parte que no sea el olvido.
La demencia nunca fue tan preciada desde entonces.
La sangre que fue inocente frena y se tiñe de negro.
Nunca la duda ha sido tan buena compañía.
Las derrotas ya no se cuentan con los dedos.
Victoria no aparece en nuestra enciclopedia.
Todo se funde en uno y lo demás,
nunca fue inventado.

Reducido placer


Los días lluviosos salpican en la cara, visitando al ser inquieto del alba.
No duermes. No sueñas. Quieres estar despierta.
Señalas al pájaro que sobrevuela los tejados, ese que no viste pero que siempre anduvo cerca, ese que canta pero no es percibido.
Reírte resulta fácil cuando la autosugestión es desconocida.
Lo viejo se convierte en nuevo. Lo nuevo en lo inmejorable. Las flores nunca olieron tan bien.
La hierba mojada te acaricia los pies, el sol espera a que abras los ojos.
Su olor te envuelve dibujando tu perfil mientras tú observas, callada, los labios que soñaste, esos que ahora te envidian, esos que por fin tienes cerca. Muy cerca. Los que tocas al cerrar los ojos deseando que no desaparezcan al abrirlos.
El pelo revolotea por la almohada dejándose mecer por el aire fresco de la mañana, esa que comparten con mayor placer los que se esconden.
Olor a pan tostado y chocolate caliente para ti, y café para la fiel compañía.
Y lo único que te preocupa es que mañana es día de fiesta, que la mañana cierra y el tránsito abunda.
Que el tiempo se convierte en despertador, y las almas vuelven a las cavernas.

Robando luz



No sé si traerán suerte, puede que sean un invento más para mantener saciada y contenta nuestra conciencia. Para que luego se diga que no somos inteligentes, inventamos todo para mentirnos a nosotros mismos, o al menos para olvidar un poco lo mundano. Incluso llegamos a creer en un destino, olvidamos las elecciones y damos paso al azar. Sale algo bien: cosa del destino. Sale algo mal: vaya, tenía que pasar. Y es que cuando no hay respuesta a algo que nos sucede y se nos queda grande, cual político que todos tenemos dentro, a algún hecho le tendremos que achacar nuestras penitencias ¿no?

Por mucho que se diga a veces que hay un algo que mueve lo que nos sucede, no todos creen lo mismo. Obviamente, también están las personas que mueven los hilos del mundo. Y sin ellas, poco hacemos. Que no llegan a estar y no nos regalan ninguno de esos inventos para sentirnos mejor sin obtener una respuesta empírica, y no se sabe dónde acabaríamos...
Sea como sea, destino o no, cada cual elige qué quiere que sea lo que le hace sonreír o llorar, si así va a estar más conforme y a gusto dentro de lo que cabe.

Por ahora, esta bruja, cree en la suerte. En el destino y en las personas. En los caminos que le quedan por recorrer, sean cortos o largos, en las compañías de ayer, de hoy y las posibles de mañana. En sonreír cuando se debería estar triste aunque cueste, y en llorar de alegría, que de vez en cuando viene muy bien. Que quién sabe si mañana estará volando. Lo sepa el destino o no, o lo sepas tú o no, sólo sabe que aquí está hoy, y por eso, nada más que por eso, se alegra.

El más listo de aquí - Santi Campos y los amigos imaginarios


Me gusta mucho esta canción.
La imagen no es muy buena, pero el sonido sí y el mensaje que transmite sigue siendo perfecto, sobre todo en algunas ocasiones.

Si queréis escuchar más canciones entrad a la página oficial del grupo.

Nada más


Piedras en suspense, pétalos que caen. Sequedad y ojos en formol.
Noches calladas por pupilas rotas. Luna duermevela con quejidos mudos, de esos que penetran el suelo, que quiebran, duelen.
Aparentar por momentos ser íntimo de la guadaña.
No abrir, no salir. Peor, no querer entrar.
Aceras bañadas de sangre. Sombras putrefactas.
No ver. No querer ver. Pensar que no hay más, que no hubo, que no habrá.
Ni se es. Ni se está.
La huida ya no es insólita. Despejar el camino en una soledad que fue preconcebida por nuestro propio ego se convierte en lo normal.

¿Es ésta la vida que deseas?

20/04/07

Agridulce


Entregar. Siempre entregar. Dar algo aunque no se reciba. Ofrecer sin esperar nada.
Sensación egoísta. No querer recibir no porque no se nos entregue nada, sino porque lo dado no llena lo suficiente.
Entonces, pensar. Como siempre. No un poco. No un mucho. Un demasiado.
Posible equivocación por tanto rechazo. Interrogantes. Un “¿seré yo?”.
No sentirse diseñador de príncipes azules, tampoco de sapos aspirantes, creer no pedir demasiado. Es más, creer no pedir.

En estos casos, cuando el hilillo de voz desaparece por un falso silencio, queda cobijarse en cielos estrellados; quedan lejos pero ahí están.
Y si no, se pintan, que colores hay, que fueron el mejor invento. Siempre llevo algunos encima por si se necesitan. ¿Que hay que pintar ventanas? Se dibujan cuatro garabatos y listo. ¿Que lo que se desea es un banco al lado de un árbol frondoso? Se usa un verde para las hojitas y diferentes tonos de marrones para el tronco, y acabado. El banco, aquí, es lo de menos.
Alguna vez se pinta música. Siempre va bien. Una de las mejores compañías. Así, se lucha contra los interrogantes. Y si no, pues se colorean, que para eso estaban las pinturas. Ayudan a ver cómo pueden resultar tan ridículos, esos problemas inventados o que parecen no tener solución.
Tan ridículos, como esta entrada brujeril de hoy.

Dibujito por cortersía de mi ninfa, que me dibujó un día cualquiera de hace dos años.

Igual


Es igual hacer gárgaras con su perfume, es indiferente lamer mientras se siente la lengua podrida.
Es igual avanzar cuando notas la inercia nombrándote desde atrás. Qué más da si esas dos palabras ahora reivindican algo si aún son una tímida sombra.
Es igual que la voz calle cuando lo contrario es lo que se manifiesta. Que moleste la palabra que falta. Que lo demás sea reinterpretado.

Todo debe dar igual cuando hoy es, simplemente, hoy. El ayer fue con todo su sentido y sentidos, y el mañana está a la vuelta de la esquina.
Ya vendrá lo que deba venir. No hay nada escrito a pesar de que nos creemos una historia.
Juguemos con el pretérito, que jugar, todos sabemos hacerlo.

Laconismo


Luchando contra las miradas huecas y sonrisas podridas.
No hay tiempo que mate este frío.
Aspirando a ser inventor de sucesiones limitadas para que el dolor sea menor. Instigador de revuelos en lugares con fondo de botellas vacías desvirgadas sin sed.
Todo sigue como ayer ignorando que la desdicha fue la mejor visita del día.
Las palabras agridulces y las lenguas calladas son buenas maletas de viaje. Practicar la ignorancia ante la pedantería, reflejo de lo de siempre.
Querer encontrar algo desconocido que sea salvador del vacío.
No hay respuestas, no hay acordes que endulcen este momento.

A pesar de todo, estás. Existes. Vives.
La vida lleva por caminos esperados que no dejan de ser amargos.
Llegarán noches cálidas en las que las risas tengan envidia de que el protagonista seas tú.
Y el resto… ¿Qué es el resto?

Aquí seguimos. Estamos. Somos. Nada más y nada menos. Y eso, eso es TODO.

Para ti, melenudo. Por ese todo que te espera, que siempre espera.

Bajo la lluvia


Retroceder, sin más. Volver a lo que una vez fueron dos.
Dolor, pero un dolor bastardo que no basta.
Frenar en terreno resbaladizo. Demasiado inestable.
Indagar en posibles quehaceres que sólo son productos imaginarios.
Tener algo que se quería y no desear lo que ahora es poseído. A veces perseguir más. Mirar al otro lado y haber querido aspirar a menos.
Recordar que se ama. Olvidar que no se sabe odiar e insistir en el intimar con ese verbo.
Encontrar algo inseparable y al momento vomitarlo.
Correr sin ver una puerta con candado en el fondo. Ver La puerta. La de siempre, la vestida de burla. Broma. Todo absurdo.
Estar en medio de un todo que a ratos, para ti, es un nada. Cansancio de ese nada que se convierte en un demasiado.
Escuchar voces, ruido. Repetido.
Plasmar palabras y palabras que siguen aferrándose a incoherencias.
Dejar caer sonrisas y risas sinceras con fondo de ojos vidriosos.
Y crear rincones como la mejor compañía, a pesar de querer tener cerca una ventana por la que saltar.

Palabras

Luciérnagas