¿A quién?

22 septiembre 2010


El día que paró de llover, el cielo se recubría de un gris perenne.
Las calles se rindieron por la risa y las palabras dejaron de tener sentido.
Habló la mejilla empapada de recuerdos, ahora con un nuevo sentido.
Incluso los corazones dorados se tiñeron de rojo ante tanta insistencia.
No hubo rincón que no sonriera al ver tanta luz pasar.

Decidme lo que queráis.
Pero no dejaré de sonreír.

Continuación

14 septiembre 2010

Y en este preciso instante, con la voz tenue y emtrecortada, la mirada perdida pensando en la noche cómplice,

con el temblor tímido que se asoma por sorpresa, los puños cerrados para no buscar lo que se desea, la quietud de lo sensible, lo efímero que juega con quedarse por siempre,

con el chirriar armonioso de dientes, con la única luz de los ventanales de enfrente,

tengo ganas de gritar lo que callo por vergüenza.

Pero sólo, hasta dentro de un rato.



Seré - Carlos Chaouen

El sueño del insomnio

09 septiembre 2010


 
No importa nada.
Nada.

Ni el agua estancada de las flores ocres, ni los pasos de las sombras, ni las hojas cayendo por el viento del sorprendido verano, ni el gris sobre la cama desnuda.

Da todo igual.

El blanco absorto por el negro, la escalera de color huérfana del rojo, la mirada distraída del azul, el rosáceo del efímero atardecer.

Sigue sin importar nada.
Nada.

Desde que llegó el todo y se quedó a dormir sin avisar.
Las horas dejaron de tener sentido.

Y me quedé sentada para verte pasar.



Dos violetas - Fabián

Fly me to the moon

Y ya está.
De verdad.

¿A quién?


El día que paró de llover, el cielo se recubría de un gris perenne.
Las calles se rindieron por la risa y las palabras dejaron de tener sentido.
Habló la mejilla empapada de recuerdos, ahora con un nuevo sentido.
Incluso los corazones dorados se tiñeron de rojo ante tanta insistencia.
No hubo rincón que no sonriera al ver tanta luz pasar.

Decidme lo que queráis.
Pero no dejaré de sonreír.

Continuación

Y en este preciso instante, con la voz tenue y emtrecortada, la mirada perdida pensando en la noche cómplice,

con el temblor tímido que se asoma por sorpresa, los puños cerrados para no buscar lo que se desea, la quietud de lo sensible, lo efímero que juega con quedarse por siempre,

con el chirriar armonioso de dientes, con la única luz de los ventanales de enfrente,

tengo ganas de gritar lo que callo por vergüenza.

Pero sólo, hasta dentro de un rato.



Seré - Carlos Chaouen

El sueño del insomnio


 
No importa nada.
Nada.

Ni el agua estancada de las flores ocres, ni los pasos de las sombras, ni las hojas cayendo por el viento del sorprendido verano, ni el gris sobre la cama desnuda.

Da todo igual.

El blanco absorto por el negro, la escalera de color huérfana del rojo, la mirada distraída del azul, el rosáceo del efímero atardecer.

Sigue sin importar nada.
Nada.

Desde que llegó el todo y se quedó a dormir sin avisar.
Las horas dejaron de tener sentido.

Y me quedé sentada para verte pasar.



Dos violetas - Fabián

Palabras

Luciérnagas