Hasta siempre

26 noviembre 2007

Tal vez deshacerte entre tanto humo, entre tanto rumbo libre por el círculo disperso.
Entre el círculo que no es círculo por los pilares rectos entretejidos como entrañas, incrustadas desde el feto y recubiertas de tu gloria. Celestial a mis ojos y hojas caducas para tus legañas.
Pensarte silueta clavada en el cristal, engendrada por mi vaho del incendio que hay dentro. Apagado por momentos cuando el lacrimógeno queda adoptado para no ser ya huérfano y sea yo, así, el huérfano en mayúsculas, olvidando en absoluto la inmortal cadena.
Olvidando mi aliento que ya cortaste cuando apareces en el canto de ese niño en su llorar y reír a la vez,
en los pasos del viejo que está entre su vida y la muerte de quien le quiere,
en la lucha de la madre que va pariendo luz mientras sabe que acabará entre rejas para mantenerla encendida,
en la esquina que se ha enamorado de la misma mujer de moral distraída,
en la sonrisa tímida al extraño que hay enfrente,
en el vuelo de la mariposa a la que deseas arrancar las alas para sentirte ella y no volver, ¡cobarde!
Así y de muchas más formas, hechas y rehechas a través de los cinco sentidos odiados ahora.
Así me dejaste a mí, borrándome de mis adentros y teniéndote presente en cualquier pensamiento.
Queriéndote borrar del diccionario por siempre y no queriéndote nombrar nunca más.

Llegarte ya al olvido, olvidarte
recuerdo.

2 comentario/s:

Imaginari dijo...

Cuanta tristeza en tus sinceras palabras.

Anónimo dijo...

Por un momento me ha parecido una canción, te sales la verdad....

Hasta siempre

Tal vez deshacerte entre tanto humo, entre tanto rumbo libre por el círculo disperso.
Entre el círculo que no es círculo por los pilares rectos entretejidos como entrañas, incrustadas desde el feto y recubiertas de tu gloria. Celestial a mis ojos y hojas caducas para tus legañas.
Pensarte silueta clavada en el cristal, engendrada por mi vaho del incendio que hay dentro. Apagado por momentos cuando el lacrimógeno queda adoptado para no ser ya huérfano y sea yo, así, el huérfano en mayúsculas, olvidando en absoluto la inmortal cadena.
Olvidando mi aliento que ya cortaste cuando apareces en el canto de ese niño en su llorar y reír a la vez,
en los pasos del viejo que está entre su vida y la muerte de quien le quiere,
en la lucha de la madre que va pariendo luz mientras sabe que acabará entre rejas para mantenerla encendida,
en la esquina que se ha enamorado de la misma mujer de moral distraída,
en la sonrisa tímida al extraño que hay enfrente,
en el vuelo de la mariposa a la que deseas arrancar las alas para sentirte ella y no volver, ¡cobarde!
Así y de muchas más formas, hechas y rehechas a través de los cinco sentidos odiados ahora.
Así me dejaste a mí, borrándome de mis adentros y teniéndote presente en cualquier pensamiento.
Queriéndote borrar del diccionario por siempre y no queriéndote nombrar nunca más.

Llegarte ya al olvido, olvidarte
recuerdo.

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Luciérnagas