Te vi bailar bajo la lluvia

19 agosto 2008

Algunas llamadas de madrugada no sientan bien.
Asustan, más que nada. Y sólo consiguen que la rabia contenida salga en ese momento.
Quizá, con la persona equivocada.
Ella se lo buscó...

Llegué algo destemplada del pueblo empedrado. Precioso, por cierto.
La compañía muy grata. Me reencontré con el todo y encontré principios de ello.
Las agujetas se olvidaron... Me gusta andar, sí, pero no trepar por montañas ni tirarme de culo por cuestas empinadas, mamones.
Los bailes, la luna y la lluvia sirvieron para llevarme más lejos todavía.
Las conversaciones que al principio se creían pendientes desaparecieron allí.
Es esto lo que resume todo lo que nos queda.
Heidi, nos vemos.
Sea aquí o allí. Esto es lo de menos.

Ahora sí: Emma

13 agosto 2008

Emma nació cuando decidió salir, el 12 de agosto a las 13.10 horas. La mamá iba solamente a hacerse la última revisión pertinente, pero escucharon que Emma estaba algo alterada, con demasiadas palpitaciones seguidas. Emma, como ya demostraba desde hace unos meses, es algo jugotena y nerviosa, como su santo padre, y dando alguna de esas patadas o bailando o haciendo dios sabe qué, se le enroscó el cordón umbilical por el cuello y no la dejaba respirar del todo bien...
Ante esto, hicieron rápidamente una cesarea a mi cuñada. Todo duró un cuarto de hora escasamente.
Cuando llegamos al hospital esa pitufilla ya estaba en el mundo real. Una comadrona francesa muy simpática y cariñosa nos dejó verla.
Tiene las uñas más largas del mundo, una nariz que parece le ha dejado de herencia la madre, unas orejas algo sobresalientes que se pusieron en su sitio a lo largo del día, un cuerpecillo encogido y desorientado y unos ojos hinchados que el poco tiempo que los abre (nunca los dos a la vez, al menos en el tiempo que estuve ayer) se ven marrones.
Hubo más comentarios parecidos a: menos mal que no se parece a Bruja cuando nació, que esos de: se parece al papá o a la mamá.
Lo que está claro es que, si no se parece a su tía en el aspecto físico, al menos sí se parece en la mala leche, porque no nació en ningún día de los señalados por los presentes. Ah, ¿no sabéis la historia? El padre hizo una porra para ver quién acertaba el día que su hija nacía. El premio no sabe ni él cuál era. Pero el caso es que, fuera el que fuera, Emma no quería dárnoslo. Y nació uno de los dos días que no estaban marcados por ninguno…
Esa sí que sabe.
Así que, la mamá muy emocionada, el papá muy contento, los abuelos y bisabuelos con la baba por el subsuelo y los titos encantados.
Por ahora, esto es todo. Algunos días más en el hospital con el deporte de fondo, y listos.
Sólo me queda decir:
Emma, bienvenida al mundo.


My eyes - Travis

Te vi bailar bajo la lluvia

Algunas llamadas de madrugada no sientan bien.
Asustan, más que nada. Y sólo consiguen que la rabia contenida salga en ese momento.
Quizá, con la persona equivocada.
Ella se lo buscó...

Llegué algo destemplada del pueblo empedrado. Precioso, por cierto.
La compañía muy grata. Me reencontré con el todo y encontré principios de ello.
Las agujetas se olvidaron... Me gusta andar, sí, pero no trepar por montañas ni tirarme de culo por cuestas empinadas, mamones.
Los bailes, la luna y la lluvia sirvieron para llevarme más lejos todavía.
Las conversaciones que al principio se creían pendientes desaparecieron allí.
Es esto lo que resume todo lo que nos queda.
Heidi, nos vemos.
Sea aquí o allí. Esto es lo de menos.

Ahora sí: Emma

Emma nació cuando decidió salir, el 12 de agosto a las 13.10 horas. La mamá iba solamente a hacerse la última revisión pertinente, pero escucharon que Emma estaba algo alterada, con demasiadas palpitaciones seguidas. Emma, como ya demostraba desde hace unos meses, es algo jugotena y nerviosa, como su santo padre, y dando alguna de esas patadas o bailando o haciendo dios sabe qué, se le enroscó el cordón umbilical por el cuello y no la dejaba respirar del todo bien...
Ante esto, hicieron rápidamente una cesarea a mi cuñada. Todo duró un cuarto de hora escasamente.
Cuando llegamos al hospital esa pitufilla ya estaba en el mundo real. Una comadrona francesa muy simpática y cariñosa nos dejó verla.
Tiene las uñas más largas del mundo, una nariz que parece le ha dejado de herencia la madre, unas orejas algo sobresalientes que se pusieron en su sitio a lo largo del día, un cuerpecillo encogido y desorientado y unos ojos hinchados que el poco tiempo que los abre (nunca los dos a la vez, al menos en el tiempo que estuve ayer) se ven marrones.
Hubo más comentarios parecidos a: menos mal que no se parece a Bruja cuando nació, que esos de: se parece al papá o a la mamá.
Lo que está claro es que, si no se parece a su tía en el aspecto físico, al menos sí se parece en la mala leche, porque no nació en ningún día de los señalados por los presentes. Ah, ¿no sabéis la historia? El padre hizo una porra para ver quién acertaba el día que su hija nacía. El premio no sabe ni él cuál era. Pero el caso es que, fuera el que fuera, Emma no quería dárnoslo. Y nació uno de los dos días que no estaban marcados por ninguno…
Esa sí que sabe.
Así que, la mamá muy emocionada, el papá muy contento, los abuelos y bisabuelos con la baba por el subsuelo y los titos encantados.
Por ahora, esto es todo. Algunos días más en el hospital con el deporte de fondo, y listos.
Sólo me queda decir:
Emma, bienvenida al mundo.


My eyes - Travis

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Luciérnagas