Pandora

19 enero 2008

Quién eres tú, pequeño trozo de mármol insignificante, para pensar en lo que el resto especule o ansíe. Si no sabes ni qué anhelas tú.
Si la ilusión no está en tu mente de manera inquebrantable porque la olvidaste por dios sabe qué.
Que te robaran la sombra no es culpa de la inocencia que te rodea todavía.
No hay faroles que te alumbren por vergüenza.
A veces no se puede explicar nada.
El escondite aparece y allí te anclas intentando que otro tren pase para verte sonreír por momentos.
Mientras tus entrañas te matan cada noche y te vuelves homicida de tu propio pensamiento.
Nadie desea algo así. Pero los deseos son solamente sueños que casi nunca llegan.
Por eso, sigo deseando no volverme a encontrar conmigo, y así tragar saliva sin ese nudo que ata.

3 comentario/s:

Anónimo dijo...

tienes razon a veces no se puede explicar nada

Imaginari dijo...

Ten cuidado con lo que deseas, por que se puede hacer realidad.

Bruja dijo...

No hay solamente un único deseo.
Otra cosa es lo que sólo leéis aquí.
Un abrazo para cada uno.

Pandora

Quién eres tú, pequeño trozo de mármol insignificante, para pensar en lo que el resto especule o ansíe. Si no sabes ni qué anhelas tú.
Si la ilusión no está en tu mente de manera inquebrantable porque la olvidaste por dios sabe qué.
Que te robaran la sombra no es culpa de la inocencia que te rodea todavía.
No hay faroles que te alumbren por vergüenza.
A veces no se puede explicar nada.
El escondite aparece y allí te anclas intentando que otro tren pase para verte sonreír por momentos.
Mientras tus entrañas te matan cada noche y te vuelves homicida de tu propio pensamiento.
Nadie desea algo así. Pero los deseos son solamente sueños que casi nunca llegan.
Por eso, sigo deseando no volverme a encontrar conmigo, y así tragar saliva sin ese nudo que ata.

Palabras

Luciérnagas