Toda poesía guarda alguna intención deshonesta.
Las íes en forma de corazón son para ignorantes soñadores.
Las íes con acento circunflejo son para imbéciles catastrofistas.
Alguien que no dice gracias al ser recibido con brazos abiertos no es recomendable.
La huída puede ser la mejor opción.
El ajedrez no estará solo por mucho tiempo.
Los dardos en el costado acaban desincrustándose.
Quién tiene la culpa de que al robarte un beso te reviente el corazón.
Nadie.
Sólo hay que convivir con lo inevitable.
Sólo hay que saber convivir con uno mismo.
Reflejo
31 julio 2008
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Carpe diem
22 julio 2008
Al pasar la estrella fugaz mi única preocupación fue pintarte de fondo.
Lo malo es que fui la única que creyó ver esa estrella.
¿Un último baile? ¿Una última pieza? ¿Una nueva letra para corazones solitarios?
Todo olía a final.
Eso no quiere decir que se acabe con todo lo dibujado.
Antony and Johnsons - Hope There's Someone
Por mucho tiempo más. Y adelantándome.
Con ganas de reír de todo esto. Más.
Lo malo es que fui la única que creyó ver esa estrella.
¿Un último baile? ¿Una última pieza? ¿Una nueva letra para corazones solitarios?
Todo olía a final.
Eso no quiere decir que se acabe con todo lo dibujado.
Antony and Johnsons - Hope There's Someone
Por mucho tiempo más. Y adelantándome.
Con ganas de reír de todo esto. Más.
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Análisis
17 julio 2008
Anoche soñé que mi sobrina era una estrella de mar, eso, o algo parecido a un bistec de ternera crudo, y sazonado. Que la cuidaba manteniéndola en una mano y le daba de comer para luego depositarla encima de la mesa, donde todos estábamos dispuestos a cenar y, yo, estaba dispuesta a comerla a ella, porque se me aguaba la boca. Y que era 17 de agosto, y había perdido una apuesta.
Me despertaba, no sé si por lo malo del sueño o por su final en sí, y escuchaba ruido en la escalera. Oía algo parecido a: Me cago en mi puta madre, que no me levanta la voz ni ella. Luego acababa con algo semejante a un aullido y, seguidamente, se oía un chocar de botellas. Deduje que eran mis queridos vecinos del segundo tercera y la parienta del presidente de la escalera con el propio.
Al caer de nuevo en manos de Morfeo, paseaba por mi cabeza: Joder, qué mal huele la primera planta, parece que haya un muerto en el piso del señor X. Y decía, también, que no me daba tanto miedo que hubiera un muerto en la escalera, sino que fueran personas vivas las que estuvieran en ese piso conviviendo con algún fiambre.
Y apareció luego, en una calle cerca de casa, un tipo corpulento con barbita y gorra, que se creía dueño de mí y me besaba sin parar. Y cogía el móvil porque le llamaba la persona en la que yo estaba pensando en ese momento. Y me miraba porque sabía que ese ser me importaba más que él, y jugaba conmigo al escondite con el teléfono como si jugara con mi propia vida y le gustara. Me repetía lo mal que estaba el que quería que fuera mi ángel de la guarda y me hacía ver (el señor corpulento que se creía dueño de mí) que no lo iba ayudar en absoluto, puesto que sólo repetía y no calmaba los ánimos. Y no me dejaba hablar a mí, porque sabía que me perdería para siempre.
Finalmente me despertó el gallo que tengo como buenos días y me dio un vuelco el corazón.
Sólo sonrío al recordar lo mucho que duermo y lo mal que descanso.
Ahora sabéis porqué ¿no?
Me despertaba, no sé si por lo malo del sueño o por su final en sí, y escuchaba ruido en la escalera. Oía algo parecido a: Me cago en mi puta madre, que no me levanta la voz ni ella. Luego acababa con algo semejante a un aullido y, seguidamente, se oía un chocar de botellas. Deduje que eran mis queridos vecinos del segundo tercera y la parienta del presidente de la escalera con el propio.
Al caer de nuevo en manos de Morfeo, paseaba por mi cabeza: Joder, qué mal huele la primera planta, parece que haya un muerto en el piso del señor X. Y decía, también, que no me daba tanto miedo que hubiera un muerto en la escalera, sino que fueran personas vivas las que estuvieran en ese piso conviviendo con algún fiambre.
Y apareció luego, en una calle cerca de casa, un tipo corpulento con barbita y gorra, que se creía dueño de mí y me besaba sin parar. Y cogía el móvil porque le llamaba la persona en la que yo estaba pensando en ese momento. Y me miraba porque sabía que ese ser me importaba más que él, y jugaba conmigo al escondite con el teléfono como si jugara con mi propia vida y le gustara. Me repetía lo mal que estaba el que quería que fuera mi ángel de la guarda y me hacía ver (el señor corpulento que se creía dueño de mí) que no lo iba ayudar en absoluto, puesto que sólo repetía y no calmaba los ánimos. Y no me dejaba hablar a mí, porque sabía que me perdería para siempre.
Finalmente me despertó el gallo que tengo como buenos días y me dio un vuelco el corazón.
Sólo sonrío al recordar lo mucho que duermo y lo mal que descanso.
Ahora sabéis porqué ¿no?
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Vincent - Tim Burton
06 julio 2008
En inglés está mucho mejor, pero los subtítulos en castellano dan pena.
O sea que, mejor poner el corto ya traducido.
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Reflejo
Toda poesía guarda alguna intención deshonesta.
Las íes en forma de corazón son para ignorantes soñadores.
Las íes con acento circunflejo son para imbéciles catastrofistas.
Alguien que no dice gracias al ser recibido con brazos abiertos no es recomendable.
La huída puede ser la mejor opción.
El ajedrez no estará solo por mucho tiempo.
Los dardos en el costado acaban desincrustándose.
Quién tiene la culpa de que al robarte un beso te reviente el corazón.
Nadie.
Sólo hay que convivir con lo inevitable.
Sólo hay que saber convivir con uno mismo.
Las íes en forma de corazón son para ignorantes soñadores.
Las íes con acento circunflejo son para imbéciles catastrofistas.
Alguien que no dice gracias al ser recibido con brazos abiertos no es recomendable.
La huída puede ser la mejor opción.
El ajedrez no estará solo por mucho tiempo.
Los dardos en el costado acaban desincrustándose.
Quién tiene la culpa de que al robarte un beso te reviente el corazón.
Nadie.
Sólo hay que convivir con lo inevitable.
Sólo hay que saber convivir con uno mismo.
Carpe diem
Al pasar la estrella fugaz mi única preocupación fue pintarte de fondo.
Lo malo es que fui la única que creyó ver esa estrella.
¿Un último baile? ¿Una última pieza? ¿Una nueva letra para corazones solitarios?
Todo olía a final.
Eso no quiere decir que se acabe con todo lo dibujado.
Antony and Johnsons - Hope There's Someone
Por mucho tiempo más. Y adelantándome.
Con ganas de reír de todo esto. Más.
Lo malo es que fui la única que creyó ver esa estrella.
¿Un último baile? ¿Una última pieza? ¿Una nueva letra para corazones solitarios?
Todo olía a final.
Eso no quiere decir que se acabe con todo lo dibujado.
Antony and Johnsons - Hope There's Someone
Por mucho tiempo más. Y adelantándome.
Con ganas de reír de todo esto. Más.
Análisis
Anoche soñé que mi sobrina era una estrella de mar, eso, o algo parecido a un bistec de ternera crudo, y sazonado. Que la cuidaba manteniéndola en una mano y le daba de comer para luego depositarla encima de la mesa, donde todos estábamos dispuestos a cenar y, yo, estaba dispuesta a comerla a ella, porque se me aguaba la boca. Y que era 17 de agosto, y había perdido una apuesta.
Me despertaba, no sé si por lo malo del sueño o por su final en sí, y escuchaba ruido en la escalera. Oía algo parecido a: Me cago en mi puta madre, que no me levanta la voz ni ella. Luego acababa con algo semejante a un aullido y, seguidamente, se oía un chocar de botellas. Deduje que eran mis queridos vecinos del segundo tercera y la parienta del presidente de la escalera con el propio.
Al caer de nuevo en manos de Morfeo, paseaba por mi cabeza: Joder, qué mal huele la primera planta, parece que haya un muerto en el piso del señor X. Y decía, también, que no me daba tanto miedo que hubiera un muerto en la escalera, sino que fueran personas vivas las que estuvieran en ese piso conviviendo con algún fiambre.
Y apareció luego, en una calle cerca de casa, un tipo corpulento con barbita y gorra, que se creía dueño de mí y me besaba sin parar. Y cogía el móvil porque le llamaba la persona en la que yo estaba pensando en ese momento. Y me miraba porque sabía que ese ser me importaba más que él, y jugaba conmigo al escondite con el teléfono como si jugara con mi propia vida y le gustara. Me repetía lo mal que estaba el que quería que fuera mi ángel de la guarda y me hacía ver (el señor corpulento que se creía dueño de mí) que no lo iba ayudar en absoluto, puesto que sólo repetía y no calmaba los ánimos. Y no me dejaba hablar a mí, porque sabía que me perdería para siempre.
Finalmente me despertó el gallo que tengo como buenos días y me dio un vuelco el corazón.
Sólo sonrío al recordar lo mucho que duermo y lo mal que descanso.
Ahora sabéis porqué ¿no?
Me despertaba, no sé si por lo malo del sueño o por su final en sí, y escuchaba ruido en la escalera. Oía algo parecido a: Me cago en mi puta madre, que no me levanta la voz ni ella. Luego acababa con algo semejante a un aullido y, seguidamente, se oía un chocar de botellas. Deduje que eran mis queridos vecinos del segundo tercera y la parienta del presidente de la escalera con el propio.
Al caer de nuevo en manos de Morfeo, paseaba por mi cabeza: Joder, qué mal huele la primera planta, parece que haya un muerto en el piso del señor X. Y decía, también, que no me daba tanto miedo que hubiera un muerto en la escalera, sino que fueran personas vivas las que estuvieran en ese piso conviviendo con algún fiambre.
Y apareció luego, en una calle cerca de casa, un tipo corpulento con barbita y gorra, que se creía dueño de mí y me besaba sin parar. Y cogía el móvil porque le llamaba la persona en la que yo estaba pensando en ese momento. Y me miraba porque sabía que ese ser me importaba más que él, y jugaba conmigo al escondite con el teléfono como si jugara con mi propia vida y le gustara. Me repetía lo mal que estaba el que quería que fuera mi ángel de la guarda y me hacía ver (el señor corpulento que se creía dueño de mí) que no lo iba ayudar en absoluto, puesto que sólo repetía y no calmaba los ánimos. Y no me dejaba hablar a mí, porque sabía que me perdería para siempre.
Finalmente me despertó el gallo que tengo como buenos días y me dio un vuelco el corazón.
Sólo sonrío al recordar lo mucho que duermo y lo mal que descanso.
Ahora sabéis porqué ¿no?
Vincent - Tim Burton
En inglés está mucho mejor, pero los subtítulos en castellano dan pena.
O sea que, mejor poner el corto ya traducido.
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