Lo que pasa cuando no pasa nada

10 enero 2009

Debes evitar mirarle a los ojos. Ver que te sonríe después de decirte que no te quiere por ahora. Porque eso no lo escuchas. Sólo grabas la sonrisa. Mientras te revienta lo que aún sigues teniendo dentro. Y de pronto recuerdas el “por ahora” de hace tres segundos, mientras él se preocupa solamente en besar heroínas de cuento.
Se te olvida que quieres borrar de la memoria todo este circo ambulante. Hacerlo desaparecer como las hadas del eterno Peter Pan cuando dejan de creer en ellas. Prescindir de lo deseado. Lo jodido es que tú no paras de pensar, en momentos de crepúscula lucidez, en los enanos que van saliendo.
Porque hubo un punto y aparte. Y lo conviertes en punto y seguido.

Intentando mandar a la mierda que sigues queriendo con todas tus fuerzas hacer de sus actos públicos tu todo privado. Que no quieres que salga por la salida de emergencia después de haberte hecho el amor, para ti, quizá, apresuradamente.

Cuando tú lo único que querrías es cenar acompañada por algo que no sea la tele. Mejor aún, un alguien que recordar más adelante.
Y un postre en condiciones a cualquier hora apetecible.

Aunque, desgraciadamente, no todo se centra en un simple manjar de madrugada.

Con permiso del aspirante a Sábato, entre vagones con luz, por robar palabras como título.

4 comentario/s:

pepita pulgarcita dijo...

quien é el aspirante a sabato?

Anónimo dijo...

¡Jajaja! Uno que escribe mu requetebien y lo tengo por aquí puesto.
Es fanses de Ernestito.
http://entrevagones.blogspot.com/
Bruja

kinurrin dijo...

lo que pasa cuando no pasa nada es eso..... nada o.....algo....o no.... o si.... que pasa?.... cual era la pregunta?

Anónimo dijo...

Estás como unas maracas... So fresco.
Bruja

Lo que pasa cuando no pasa nada

Debes evitar mirarle a los ojos. Ver que te sonríe después de decirte que no te quiere por ahora. Porque eso no lo escuchas. Sólo grabas la sonrisa. Mientras te revienta lo que aún sigues teniendo dentro. Y de pronto recuerdas el “por ahora” de hace tres segundos, mientras él se preocupa solamente en besar heroínas de cuento.
Se te olvida que quieres borrar de la memoria todo este circo ambulante. Hacerlo desaparecer como las hadas del eterno Peter Pan cuando dejan de creer en ellas. Prescindir de lo deseado. Lo jodido es que tú no paras de pensar, en momentos de crepúscula lucidez, en los enanos que van saliendo.
Porque hubo un punto y aparte. Y lo conviertes en punto y seguido.

Intentando mandar a la mierda que sigues queriendo con todas tus fuerzas hacer de sus actos públicos tu todo privado. Que no quieres que salga por la salida de emergencia después de haberte hecho el amor, para ti, quizá, apresuradamente.

Cuando tú lo único que querrías es cenar acompañada por algo que no sea la tele. Mejor aún, un alguien que recordar más adelante.
Y un postre en condiciones a cualquier hora apetecible.

Aunque, desgraciadamente, no todo se centra en un simple manjar de madrugada.

Con permiso del aspirante a Sábato, entre vagones con luz, por robar palabras como título.

Palabras

Luciérnagas