Pepara el banquete, que mañana nos vamos de entierro

03 julio 2009

De mí se ríen hasta los edificios de enfrente por mis señales de humo con mi cara recién lavada.

Los paraguas mojados en pleno mes de agosto en el sur de mis entrañas.

Las farolas derrochadoras de luz a las nueve y media de la mañana, dejando tenue la luna a ras del agua.

Los gatos que hacen el amor con los perros delante del colegio, en la entrada.

Los abuelos que dejan a sus mujeres haciendo bolillos antes de irse de copas a un club de mujeres desenfrenadas.

Los finales en boda de las películas protagonizadas por Rocco Siffredi y su mascota más preciada.

Los semáforos que están jugando entre el verde y el rojo mientras cruzas la carretera recién asfaltada.

Las lavadoras que centrifugan a la una y veintitrés de la madrugada.

Los vecinos que dejan sus vergüenzas olvidadas en el piso de arriba a la misma hora indicada.

Tú cuando me hablas de una llamada que no llega, mientras mis noches no te dicen nada.



David Moya - Nada

2 comentario/s:

Fran dijo...

He sido capaz de ver todas las imagenes que escribiste..., me gusta!

Anónimo dijo...

Totalmente terrenal.
No soy tan estrafalaria, al fin y al cabo... ¡Juju!
¡Muaaaa!
Bruja

Pepara el banquete, que mañana nos vamos de entierro

De mí se ríen hasta los edificios de enfrente por mis señales de humo con mi cara recién lavada.

Los paraguas mojados en pleno mes de agosto en el sur de mis entrañas.

Las farolas derrochadoras de luz a las nueve y media de la mañana, dejando tenue la luna a ras del agua.

Los gatos que hacen el amor con los perros delante del colegio, en la entrada.

Los abuelos que dejan a sus mujeres haciendo bolillos antes de irse de copas a un club de mujeres desenfrenadas.

Los finales en boda de las películas protagonizadas por Rocco Siffredi y su mascota más preciada.

Los semáforos que están jugando entre el verde y el rojo mientras cruzas la carretera recién asfaltada.

Las lavadoras que centrifugan a la una y veintitrés de la madrugada.

Los vecinos que dejan sus vergüenzas olvidadas en el piso de arriba a la misma hora indicada.

Tú cuando me hablas de una llamada que no llega, mientras mis noches no te dicen nada.



David Moya - Nada

Palabras

Luciérnagas