Cerrado por vacaciones

02 agosto 2010

Decir "Cerrado por vacaciones" cuando no escribo prácticamente desde hace un tiempo, puede ser una estupidez o una osadía.
Por supuesto, me quedo con lo segundo.
Me voy al sur. Para que me ponga en tierra lo que creo que está en el aire. Las entrañas acaban ordenándose cuando se está más lejos. Es absurdo, pero es así.
Algunos dirán que nos alejamos para huir de lo que no se puede arreglar. Yo soy de las que pienso que siempre está la opción de volver a un sitio que te devuelve a la niñez para ver el hoy con los mismos ojos pero desde otra perspectiva. Dejando la rutina y lo que acabamos complicando.

Elijo disfrutar y reencontrar. Reencontrarme a mí y a los que siempre están al otro lado del hilo.
Con todo lo que ello conlleva: al olor a pan recién hecho, a la dama de noche por las calles oscuras, al chirriar de gente que no sabe hablar en voz baja, al celestineo a cada paso por ver una cara casi nueva, al paradójico "cuándo has venido y cuándo te vas", a las calles empedradas y los caminos con flores a los lados, al cielo estrelladísimo con aullidos en perfecta desarmonía...

Vuelvo al acento y al recuerdo. Al crear de nuevo fotografías mías y solamente mías. 

Voy a aterrizar donde tengo la sensación de haber nacido.
Porque todo allí es diferente.
Porque así siempre me lo han hecho ver.
Y porque, creedme, es cierto.

¡Hasta la vuelta!
Disfrutad del sol y del agua.
Y de los ojos del otro.
Lo pequeño es lo esencial.

1 comentario/s:

Cerrado por vacaciones

Decir "Cerrado por vacaciones" cuando no escribo prácticamente desde hace un tiempo, puede ser una estupidez o una osadía.
Por supuesto, me quedo con lo segundo.
Me voy al sur. Para que me ponga en tierra lo que creo que está en el aire. Las entrañas acaban ordenándose cuando se está más lejos. Es absurdo, pero es así.
Algunos dirán que nos alejamos para huir de lo que no se puede arreglar. Yo soy de las que pienso que siempre está la opción de volver a un sitio que te devuelve a la niñez para ver el hoy con los mismos ojos pero desde otra perspectiva. Dejando la rutina y lo que acabamos complicando.

Elijo disfrutar y reencontrar. Reencontrarme a mí y a los que siempre están al otro lado del hilo.
Con todo lo que ello conlleva: al olor a pan recién hecho, a la dama de noche por las calles oscuras, al chirriar de gente que no sabe hablar en voz baja, al celestineo a cada paso por ver una cara casi nueva, al paradójico "cuándo has venido y cuándo te vas", a las calles empedradas y los caminos con flores a los lados, al cielo estrelladísimo con aullidos en perfecta desarmonía...

Vuelvo al acento y al recuerdo. Al crear de nuevo fotografías mías y solamente mías. 

Voy a aterrizar donde tengo la sensación de haber nacido.
Porque todo allí es diferente.
Porque así siempre me lo han hecho ver.
Y porque, creedme, es cierto.

¡Hasta la vuelta!
Disfrutad del sol y del agua.
Y de los ojos del otro.
Lo pequeño es lo esencial.

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Luciérnagas