Takiniwini

26 noviembre 2008

Nunca dije que no quise a esta persona.
Ni dije que la quería. No es una costumbre. No nos enseñaron a decirlo ni a demostrarlo.
Si alguna vez se nos pasara por la cabeza hacerlo, la vergüenza nos frenaría. Parece una ofensa el pensar que podemos decir lo que se siente cuando es algo placentero y puede realzar la autoestima.
Eso sí nos lo enseñaron.
Usamos lo que nos enseñaron y lo que no como nos viene en gana para calmar la conciencia.
El caso es que preferimos mandarnos a la mierda con una sonrisa en la cara.
Lo que es una certeza, también, es que las palabras no lo son todo.
Antes de decir te quiero de manera prefabricada, prefiero verte los fines de semana que toca para convertilos en carnaval.
Y yo sigo feliz al ver que me recibes iluminado.
Y diciéndome imbécil como bienvenida.
Inventando frases sin sentido.
Y atrasando los relojes.
Felicidades.

0 comentario/s:

Takiniwini

Nunca dije que no quise a esta persona.
Ni dije que la quería. No es una costumbre. No nos enseñaron a decirlo ni a demostrarlo.
Si alguna vez se nos pasara por la cabeza hacerlo, la vergüenza nos frenaría. Parece una ofensa el pensar que podemos decir lo que se siente cuando es algo placentero y puede realzar la autoestima.
Eso sí nos lo enseñaron.
Usamos lo que nos enseñaron y lo que no como nos viene en gana para calmar la conciencia.
El caso es que preferimos mandarnos a la mierda con una sonrisa en la cara.
Lo que es una certeza, también, es que las palabras no lo son todo.
Antes de decir te quiero de manera prefabricada, prefiero verte los fines de semana que toca para convertilos en carnaval.
Y yo sigo feliz al ver que me recibes iluminado.
Y diciéndome imbécil como bienvenida.
Inventando frases sin sentido.
Y atrasando los relojes.
Felicidades.

Palabras

Luciérnagas