30 agosto 2011

De cuando el odio tiene como nombre impotencia y el deseo de muerte se convierte en banal.



Nadie te echará de menos.
Nadie.
Hasta las larvas te repudiarán.

3 comentario/s:

Laura dijo...

Qué miedo...

SBP dijo...

¿Aplausos para un muerto? ¿Y por qué no? ¡Es el fin de la función!

Javi Dubois dijo...

La Nada podría ser un bálsamo, pero no. Ni siquiera eso. En la negrura más hermética, bajo las hojas, aún continúan pequeñas bocas masticando..

De cuando el odio tiene como nombre impotencia y el deseo de muerte se convierte en banal.



Nadie te echará de menos.
Nadie.
Hasta las larvas te repudiarán.

Palabras

Luciérnagas