A ver quién le dice que no al viento que siempre acaba por venir.
Al zumbido en los oídos que te envuelve cada vez al gemir.
Que roza la extenuación al ver tus ruidos cada noche, incluso lejos de aquí.
En cada duermevela navegas a través de las rocas ¡sin mar, sinvivir!
Y late, late tan fuerte, como cuando el miedo te dice que se va a rendir.
Que todo es nada y nada es todo y el para siempre
sólo un desliz.
1 comentario/s:
Angustiosa imagen, la de las rocas sin mar. Saludos.
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