Hay que mirar hacia adelante para no desfallecer. Para coger impulso, dicen. Llegar bien alto, mirar de reojo la señal de peligro medio girada. Continúan diciendo. No caigas por mirar la retaguardia, no te lamentes. Nada de nudo en la garganta.
Vive.
Pero a veces sin hablar se consigue todo. Y girándose, sin pensarlo. De modo natural. Como ayer. Los recuerdos. El más allá. Mucho más allá. En forma de alas de mariposa. Las mejillas se humedecen pero la sonrisa sigue en la cara.
Un poco de amor. Un estremecerse de placer mundano. Del que hubo y ya no está. Pero se recuerda como un ahora.
Y a coger impulso.
Ahora sí.
A volar.
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