Nos creemos únicos al intentar ayudar al otro, dejando los ojos propios a un lado y penetrando en los ajenos, como si eso bastara.
La buena intención no es suficiente. La que acaba siendo muy suficiente y sobrepasa es la ignorancia.
El límite entre el socorro y la desaparición ante lo considerado importante es muy fino.
No importa ya el resultado cuando no consigues lo que deseas. Cuando el objetivo que te propones no se halla, te derrumbas. Y te marchas. Así crees que debes actuar cuando no ves salida ante lo que te propusiste. Tú acabas pasando página pero ahora con la cabeza más cabizbaja. Mientras el otro sigue ahí, con la mirada perdida, sin entenderse él, sin entender lo que le hicieron y le sucede, y ahora sin entender porqué no te puede comprender a ti.
Otros eligen ser espectadores para siempre. Les gusta. Los espectáculos circenses están a la orden del día. Ellos no tienen otra labor mejor que hacer. Son los que más saben. Los que no quieren envolverse en la mierda. En más mierda. Los que no sienten ni padecen. Los que convierten los males ajenos en episodios cotidianos para ellos mismos. No les importa nada ni nadie. Algunos son inteligentes. Pero de nada vale la inteligencia cuando no se tiene eso que palpita y da vida.
Y eso, convirtiéndome en una de ellos, me hace reír.
¿Quiénes son los abandonados?
La buena intención no es suficiente. La que acaba siendo muy suficiente y sobrepasa es la ignorancia.
El límite entre el socorro y la desaparición ante lo considerado importante es muy fino.
No importa ya el resultado cuando no consigues lo que deseas. Cuando el objetivo que te propones no se halla, te derrumbas. Y te marchas. Así crees que debes actuar cuando no ves salida ante lo que te propusiste. Tú acabas pasando página pero ahora con la cabeza más cabizbaja. Mientras el otro sigue ahí, con la mirada perdida, sin entenderse él, sin entender lo que le hicieron y le sucede, y ahora sin entender porqué no te puede comprender a ti.
Otros eligen ser espectadores para siempre. Les gusta. Los espectáculos circenses están a la orden del día. Ellos no tienen otra labor mejor que hacer. Son los que más saben. Los que no quieren envolverse en la mierda. En más mierda. Los que no sienten ni padecen. Los que convierten los males ajenos en episodios cotidianos para ellos mismos. No les importa nada ni nadie. Algunos son inteligentes. Pero de nada vale la inteligencia cuando no se tiene eso que palpita y da vida.
Y eso, convirtiéndome en una de ellos, me hace reír.
¿Quiénes son los abandonados?
5 comentario/s:
Me molaba más MAD WORLD de REM....
UN BESAZO
Ahoraaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
Ya me empiezo a empanar de algo!!!
Habré leído tu entrada unas cinco veces!!!
Bruji!!! a veces hay que dejarse llevar, no por nada ni por nadie, por uno mismo!!!
Uno siempre tiene la esperanza de que quién escucha entiende!!!
Si no es así, qué más da!!!
Grai!!!
Besote gordo!!!
P.D.: a mi me mola más el Manson!!!
emmmmmm, soy yo el abandonado :P
La abandonada eres tú xinita, que te tengo mu abandoná... aunque tú y yo sabemos que... somos así
muaks!
Os tengo abandonados con los mensajes...
¡Gracias por seguir participando!
Lo de las canciones, es bastante relativo... Pero al fin y al cabo, mi gusto musical es exquisito... ¡Jajaja!
Dejarme llevar, me dejo... Quizá demasiado en alguna situación.
Dentro de lo incoherente del textito este, todo se enlaza bien. Sólo son fases de una situación que no se sostiene por ningún sitio. Igual que cuando queremos hacer sentir al otro exactamente lo mismo que nosotros cuando necesitamos auxilio.
Nada más... Y nada menos.
¡Muaaaaaaaaaaaaaaacs!
Publicar un comentario