Tic - tac - toc

26 marzo 2007


- Toc toc toc.

Abrí la puerta, apresurada. Ahogada por los propios latidos.
No es habitual una visita a las 4:35 de la mañana.
No lo es, cuando no se equivocan de timbre.

- Toc toc toc toc toc.

Escuché de nuevo. Más fuerte. Más repetidamente y atropellado.
Cada vez, todo, en menos tiempo.
No puedo pensar. Me muevo entre el sueño que fue resquebrajado por los golpes y entre la realidad callada que me persigue.
Me acerco al recibidor sin parpadear, acelerada. Miro por la mirilla.
¿De quién es esa sombra avergonzada que se dedica a contemplar el frío suelo?
Intento descubrir quién es en milésimas de segundo.

- Toc toc toc.

Esa es su respuesta a mi tímida pregunta. Me sobresalto de nuevo.
No se puede traspasar una puerta sin abrir previamente.
Me encuentra. Esa mirada. La veo.
Doy un paso hacia atrás, ruborizada, mientras cierro esa pequeña obertura que me convirtió en cobarde.

Me vuelvo a la cama. Deseo dormir. Ilusa.

7:20 de la mañana. Maldito reloj. Hacía diez minutos que cerré los ojos.
Me levanto. Debo comer. Las horas sin dormir llaman al hambre. Una tostada y media con zumo. Pantalones y jersey de cuello alto negro. Ya haré a la vuelta la cama.
Voy al baño. Me lavo la cara.
Me miro al espejo. Debo peinarme… Antes me lavo los dientes.

Voy hacia el mueble pequeño. Me paro en seco. Me acerco poco a poco.
Me miro al espejo, de nuevo. Esta vez, precipitada. Me acaricio con impresión el pelo. La comisura de los labios sin mueca alguna. El lóbulo de la oreja izquierda. Ahora el contrario. Esas ojeras.

Los ojos.

Esa mirada.

¿Otra vez esa mirada?

Doy un paso hacia atrás. Me dirijo hacia la puerta apagando la luz y recordando cómo olvidar... Hasta luego.

5 comentario/s:

Yu dijo...

Esto..., ta bien ehhhhh?¿?¿?
Ufff! Esperaba que de golpe apareciera la pava esa que lleva el pelo en la cara liso negro, esa que tiraron a un pozo, la del teléfono coño!, la que si ves el video la cagas y te mata, ...bueno esa!
Tenemos a una nueva Stephana King ante nosotros?
No sé de que me extraño! De casta le viene al galgo!
Anda, te tengo dicho que nada de pelis de terror antes de dormir, ni dibujar, ni escribir, na de na, que luego mira!!!
Tú... limitate a dormir!
Ala besoteeeeeeeee!

Anónimo dijo...

Ni dandome tiempo soy capaz de contestar algo decente a tu magnifico relato, y si, otra vez esa mirada...^^

Bruja dijo...

Pitu: No, esto sólo me pasa desde que duermo contigo... Quizá demasiado tiempo. ¡Juju!

Fran: Magnífico magnífico... No sé yo ¿eh? Pero gracias precioso.

¡Muaaaaaaaaaacs pa los dos!

Anónimo dijo...

que bien escribes jodia. :DDDDDDDDD
besos

mamen

Bruja dijo...

¡Mamencitaaaaaaa preciosa!

Tic - tac - toc


- Toc toc toc.

Abrí la puerta, apresurada. Ahogada por los propios latidos.
No es habitual una visita a las 4:35 de la mañana.
No lo es, cuando no se equivocan de timbre.

- Toc toc toc toc toc.

Escuché de nuevo. Más fuerte. Más repetidamente y atropellado.
Cada vez, todo, en menos tiempo.
No puedo pensar. Me muevo entre el sueño que fue resquebrajado por los golpes y entre la realidad callada que me persigue.
Me acerco al recibidor sin parpadear, acelerada. Miro por la mirilla.
¿De quién es esa sombra avergonzada que se dedica a contemplar el frío suelo?
Intento descubrir quién es en milésimas de segundo.

- Toc toc toc.

Esa es su respuesta a mi tímida pregunta. Me sobresalto de nuevo.
No se puede traspasar una puerta sin abrir previamente.
Me encuentra. Esa mirada. La veo.
Doy un paso hacia atrás, ruborizada, mientras cierro esa pequeña obertura que me convirtió en cobarde.

Me vuelvo a la cama. Deseo dormir. Ilusa.

7:20 de la mañana. Maldito reloj. Hacía diez minutos que cerré los ojos.
Me levanto. Debo comer. Las horas sin dormir llaman al hambre. Una tostada y media con zumo. Pantalones y jersey de cuello alto negro. Ya haré a la vuelta la cama.
Voy al baño. Me lavo la cara.
Me miro al espejo. Debo peinarme… Antes me lavo los dientes.

Voy hacia el mueble pequeño. Me paro en seco. Me acerco poco a poco.
Me miro al espejo, de nuevo. Esta vez, precipitada. Me acaricio con impresión el pelo. La comisura de los labios sin mueca alguna. El lóbulo de la oreja izquierda. Ahora el contrario. Esas ojeras.

Los ojos.

Esa mirada.

¿Otra vez esa mirada?

Doy un paso hacia atrás. Me dirijo hacia la puerta apagando la luz y recordando cómo olvidar... Hasta luego.

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Luciérnagas