
Restos de domingo en las entrañas.
Recorrer los pasos no debería ser lo habitual pero ahora es necesario.
Pero nada igual. Se pretende ser.
Las lunas se dispersan y cantan mientras que las aves permanecen espectantes.
La tinta hace menos daño. Sangra menos.
Manzanas rojas y pasta en tonos verdes.
Lo que se enciende no es prestado. Propio.
Si la puerta se cierra, siempre hay ventanas por abrir.
Y yo dispuesta a que no queden atascadas una vez abiertas.
2 comentario/s:
Para cuando te marches tienes las llaves que abren mis puertas, y por si las perdieras dejaré siempre ventanas abiertas!!!
Ay Amapola!!!, yo de tahur en otro mundo y tú tan sola...
La diferencia de la canción del menda y yo es que, sea como sea, yo, no estoy sola en absoluto.
¡Gracias! En parte, a ti te lo debo.
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